General Prim (1814 - 1870) |
Era veintisiete de diciembre de 1870, sobre Madrid, la capital de España, caía una copiosa nevada mientras en las Cortes se debatían aireadamente diversos asuntos sin importancia. Lo realmente importante iba a ocurrir tres días después: el nuevo rey, Amadeo de Saboya llegaría el día 30 a Cartagena.
A las siete y media, el que era en aquel entonces Presidente del Consejo de Ministros, el general Prim se despidió del resto de los diputados para ir a preparar su viaje a Cartagena y recibir allí al rey. Antes de salir del Parlamento se cruzó con unos diputados republicanos que le dijeron: "General, a todo cerdo le llega su San Martín". Pero Juan Prim (nacido en Reus en 1814) no dio importancia a esos insultos, salio de la Cortes y se montó en su coche de caballos.
En la berlina le acompañaban el coronel Moya y Nandín, el ayudante personal de Prim. El cochero golpeó con el látigo a los caballos y el coche se puso en marcha rumbo al Ministerio de Guerra, residencia oficial del general.
El coche de caballos de Prim enfiló la Calle del Turco próxima al edificio del Parlamento pero en el cruce con la calle de Alcalá los caballos se detuvieron. Había dos carros cruzados en la calle que obstaculizaban la circulación. No se podía pasar. Entonces, el coronel Moya se asomó por la ventana y vió que de los carros y de un portal de la calle salían al menos tres individuos con pistolas y trabucos en dirección amenazante hacia el coche de la persona más importante del país. "¡Bájese usted, mi general que nos hacen fuego!" gritó Moya.
Pero ya era tarde, los hombres rodeaban el coche de caballos y disparaban a bocajarro contra el interior de la berlina. Cinco disparos impactaron en el carruaje. En un intento desesperado por salvar la vida del general, Nandín interpuso su mano entre el cuerpo de Prim y los asesinos. Varias detonaciones alcanzaron su brazo que quedó desptrozado. Prim había sido alcanzado en el brazo y en el hombro. Acto seguido, el chófer atizó a los magnicidas con el látigo y después a los caballos. El coche se puso en marcha y huyó hacia el Ministerio de Guerra.
Grabado del atentado al general Prim, publicado a finales de 1870 para ilustrar la noticia |
Al llegar, el chófer y Moya ayudaron a bajar a los heridos, Prim bajó del carruaje por su propio pie. Después llamarón a los médicos Dr. Vicente y el Dr. Losada que atendieron a los heridos: Nandín perdió el uso de la mano, que quedó seca; el general Prim también tenía heridas en la mano y un dedo le fue amputado. Pero lo que más preocupaba era la herida del hombro del general: ocho balas habían impactado en la carner.
Tras hacer las primeras curas, el informe médico determinó que las heridas del hombro eran "mortales de necesidad". Horas después el propio Prim, aún consciente dijo a los médicos: "Veo la muerte". A Prim se le acaba la vida aunque aún aguantó varios días. En su agonía le dió tiempo a especular sobre los autores del crímen a quienes presuntamente reconoció y a enorgullecerse de su obra: "Me cuesta la vida pero queda el monarca" (en alusión al nuevo rey que iba a llegar el día 30 a España y que había sido él quien lo había apoyado).
Las noticias en Madrid y en el resto de España eran confusas. En las primeras horas los periódicos como "El Imparcial" informaron sobre las "leves" heridas del Presidente del Consejo de Ministros. Más adelante, el día 30, informaron de su fallecimiento. No se sabe a ciencia cierta cuándo murió el general, si el mismo día del antentado o tres días después. Nada se sabe tampoco de los autores porque Prim tenía múltiples enemigos (republicanos, carlistas, isabelinos, alfonsinos, etc.). Por Madrid corría la coplilla:
En la calle del Turcoya mataron a Primsentadito en su cochecon la Guardia Civil.Seis tiros le tirarona boca de cañón.
¿Quién sería el
infame?
¿Quién sería el traidor?
Ciento cuarenta y dos años después, un grupo de científicos de distintas universidades pretende desentrañar todos los acertijos que rodean el asesinato de Prim. Han exhumado el cadáver, que fue embalsamado, sus restos han sido trasladados a Reus y le van a prácticar la autópsia para estudiar si murió el día 27 de diciembre de 1870 (día del atentado) o si el fallecimiento se produjo tres días después, el 30 de diciembre (mismo día que desembarcó el rey Amadeo I en España). De momento, su momia presenta el siguiente aspecto:
Fuente: www.elcorreogallego.es |
Fuente: www.teinteresa.es |
Gonzalo : Me encantan tus historias , y el modo de tratarlas....Plash, plash , plas...:)
ResponderEliminarMuchas gracias Rosa!!
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