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viernes, 4 de julio de 2014

LAS BATALLAS DE VERDÚN Y EL SOMME

EL FRENTE OCCIDENTAL EN 1916


Ciudad de Verdún durante la batalla, 1916


Como vimos al hablar de las trincheras, el estancamiento del frente occidental desde finales de 1914 fue consecuencia de la incapacidad de los ejércitos alemanes y aliados de superar al enemigo. Precisamente esa igualdad iba a ser la causa de las fallidas ofensivas de ambos bandos y de las mayores batallas que se desarrollaron a lo largo de la guerra: en Verdún y en el río Somme. ¿Pero cuáles fueron las causas de estas sangrientas batallas?

Realmente el sistema defensivo de las trincheras detrás de las cuales se habían protegido tanto alemanes como franceses e ingleses era muy complicado de superar. Como vimos, las trincheras eran un auténtico laberinto de zanjas que obligaba a emplear un inmenso número de hombres para realizar una ofensiva sabiendo que la mayoría perecerían en el intento. Las ofensivas se lanzaban de noche para evitar que los francotiradores y los vigías enemigos descubriesen el avance de los soldados. Al mismo tiempo se acompañaba con el empleo de artillería sobre las líneas enemigas.

Pero los soldados debían atravesar una gran distancia repleta de cráteres, cadáveres y obstáculos en medio de una lluvia de proyectiles. Cuando se disponían a asaltar la primera línea defensiva enemiga, el ejército estaba ya mermado: muchos habían caído como consecuencia de los disparos o de las bombas. Mientras, los enemigos se replegaban en su maraña de trincheras fácilmente defendibles y aunque se consiguiese tomar la primera trinchera (la trinchera de frente) era imposible seguir avanzando porque cuanto más se internaban en las trincheras enemigas, más enemigos había y menos soldados sobrevivían. Al final acababan replegándose lo que suponía más muertes en la huida hacia las líneas defensivas. En estas operaciones morían más de la mitad de los soldados y no se realizaban avances significativos. Así ocurrió en Nivelle y Passchendaele, entre otros lugares.

Desde enero de 1916 ambos ejércitos conocían perfectamente esta situación y la necesidad de preparar estrategias alternativas para desestabilizar el frente. Fue el Estado Mayor del Reich quien decidió dar el primer paso. El objetivo sería la ciudad francesa de Verdún, en manos aliadas y próxima al frente. La ciudad no se encontraba en una posición estratégica desde el punto de vista militar pero por el contrario, poseía un gran valor simbólico puesto que era el emblema de la resistencia francesa. Si Verdún caía en manos alemanas, se asestaría un durísimo golpe a la moral aliada. Además, se pretendía desgastar al enemigo: las autoridades alemanas proyectaron una ofensiva de grandes dimensiones que obligase a los franceses a concentrar numerosas fuerzas en Verdún lo que supondría un enorme número de muertos. El objetivo germano era pues, causar el mayor número de bajas entre los aliados para debilitar su fuerza militar.

Y así lo hizo. La ofensiva comenzó el 21 de febrero de 1916, concentrando Alemania 150.000 hombres frente a la ciudad de Verdún. Los franceses dispusieron de 300.000 soldados al mando del mariscal Philippe Pétain para defender la ciudad. Se hizo famosa la frase "¡No Pasarán!" como símbolo de la resistencia de Francia frente a Alemania.

Durante ocho meses ambos ejércitos se vieron envueltos en una cruel carnicería que causó cientos de miles de muertos. Precisamente se estaba cumpliendo el plan alemán de provocar todas las bajas posibles en los ejércitos aliados. La resistencia de los franceses impidió a los germanos la conquista de la ciudad pero las erróneas contraofensivas planteadas por Pétain provocaron el descontento del ejército francés. A finales de año dos ejércitos de más de un millón de soldados cada uno estaban combatiendo en torno a la ciudad de Verdún.

Frente occidental entre 1915 y 1917 y batallas de Verdún y Somme

Los aliados tomaron entonces la iniciativa un poco más al norte, en torno al río Somme. El objetivo de estas ofensivas era precisamente descongestionar Verdún y obligar a los alemanes a trasladar fuerzas al norte. La batalla comenzó el primero de julio de 1916 y se prolongó hasta el 18 de noviembre de ese año.

Aunque la operación estaba planeada para más adelante, la desesperada situación francesa en Verdún impulsó a los británicos a iniciarla cuanto antes. El general del ejército británico Haig pretendía además romper la línea defensiva alemana y asestar un duro golpe al enemigo que desencadenase el derrumbe del frente. Aquel 1 de julio amaneció con un sol brillante sobre la campiña del río Somme pero la estrategia británica falló y el ejército inglés sufrió la peor derrota de su Historia: 50.000 soldados británicos perecieron en "el Primer día de Somme".

Los contendientes sufrieron de nuevo los estragos de una guerra de desgaste mientras se ensayaban nuevas técnicas y estrategias como el uso de los primeros carros de combate de la Historia, los "tanques", por los británicos. Sin embargo, la batalla provocó más de 600.000 muertos en el bando aliado y más de 400.000 en el bando alemán. Las continuas ofensivas y contraofensivas sólo produjeron muertos puesto que ningún ejército consiguió realizar avances significativos. En noviembre se decidió suspender la ofensiva aunque aún se seguía combatiendo en Verdún.

Carro de combate británico en la batalla del Somme

A pesar de la sangría de muertos tanto en el Somme como en Verdún,  las posiciones no eran a finales de 1916 muy distintas a las de antes de la batalla. No había un vencedor claro y ambos bandos habían sufrido ya enormes pérdidas. Los alemanes decidieron entonces estabilizar el frente occidental de nuevo y concentrar sus fuerzas en el frente oriental donde Rusia se estaba desintegrando. Más de 400.000 alemanes habían perecido en Verdún mientras los franceses habían perdido casi 500.000 hombres cuando se suspendieron las ofensivas el 19 de diciembre de 1916.

Verdún permaneció en manos francesas convirtiéndose en uno de los símbolos de la resistencia frente a los alemanes mientras la hazaña de Pétain lo convertía en héroe nacional. Por otra parte, los alemanes concentraron sus fuerzas en el frente ruso al mismo tiempo que modificaban su estrategia en el frente occidental. Evacuaron la región del Somme, donde había tenido lugar la batalla y se replegaron tras una nueva línea defensiva conocida como "Línea Hindenburg", mejor fortificada y de fácil defensa.

A finales de 1916 las estrategias aliada y alemana para superar al enemigo habían vuelto a fracasar y el frente de guerra había sufrido pocos cambios en los ocho meses de ofensivas. Por contra, más de dos millones de soldados, alemanes, franceses, británicos, belgas y de otras nacionalidades perecieron en Verdún y el Somme. A los muertos se sumaron los cientos de miles de heridos y mutilados y los desaparecidos que, más de cien años después, aún no se han localizado.


Soldado alemán muerto en la batalla de Somme. Es una fotografía muy dura, lo sé, pero muestra la crudeza de la guerra.




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