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miércoles, 28 de agosto de 2013

"I HAVE A DREAM" (50th ANNIVERSARY)


Today, millions of men and women in the United States are celebrating the 50th anniversary of a speech which changed the History of black people in North America. On August 28, 1963, the leader of the African-American Civil Rights Movement, Martin Luther King, proclaimed his dream: A society in which black people could live peacefully with white people.

The setting where the address took place was amazing: the Lincoln’s Memorial in Washington D.C. Here, you can watch the complete speech which takes sixteen minutes approximately:
 



“I have a dream that my four little children will one day live in a nation where they will not be judged by the color of their skin but by the content of their character.

I have a dream today!”

Martin Luther King Jr. (1929 – 1968)

jueves, 22 de agosto de 2013

CUANDO LA PAPA SALVO DEL HAMBRE A LOS EUROPEOS

Uno de los avances más importantes que ha hecho el ser humano a lo largo de la Historia fue el descubrimiento y domesticación de algo tan cotidiano hoy como es la patata. Se cree que los hombres que vivían cerca del lago Titicaca, en la actual frontera entre el Perú y Bolivia, aprendieron a cultivarla hace unos 8.000 años.
En 1537 el explorador español Jiménez de Quesada describió por la presencia generalizada del tubérculo en Sudamérica. A los españoles de entonces que fueron a América, les parecía similar a la batata (o camote) por lo que muchas veces la confundieron. Acabaron poniéndole el nombre de patata aunque los Incas en realidad la llamaban papa.
En 1573, la papa ya se encontraba en Canarias y poco después en Europa. El Hospital de la Sangre de Sevilla compró cientos de kilos para sus pacientes. Menos de un siglo después, la patata salvó de la inanición a millones de personas en Europa durante la Guerra de los Treinta Años (1618 – 1648). Era un alimento que crecía fácilmente en todo tipo de suelos, incluso en los más pobres.
Misioneros, mercaderes y colonos llevaron a la papa alrededor del mundo. En 1600 llegó a la China en navíos holandeses. En 1620 a Norteamérica. En 1769, los ingleses la introdujeron en Nueva Zelanda y poco después en Australia. Sí, al otro lado del mundo.
La papa se convirtió en un alimento tan importante que hasta se hicieron guerras por ella. Entre 1778 y 1779, durante la guerra bávara de sucesión, los ejércitos austriacos pasaron largo tiempo en Bohemia recolectando patatas del suelo para conseguir comida y evitar que ésta llegara al enemigo. Era la única comida que había, por eso se llamó “la Guerra de la Patata”.
El mismísimo rey Luis XVI cultivaba patatas en Versalles. Eso sí, antes de que le cortaran el pescuezo. Y en la Casa Blanca, varios presidentes, entre ellos Thomas Jefferson, servían a sus invitados papa fritas. ¡En pleno siglo XIX!
Fíjense si la papa llegó a ser importante que la economía y la vida de millones de personas dependía de ella en Europa. A mediados del siglo XIX, una enfermedad afectó a la patata en Irlanda. El resultado fue un millón de personas muertas de hambre y otro millón emigrado en busca de alimentos.
Hoy en día, la papa es una de las hortalizas más difundidas  y el alimento más consumido en Europa. En el mundo, China e India son los mayores productores de papa y junto con el trigo y el arroz, de ella depende la alimentación de miles de millones de personas. En 2008 se celebró el año de la Patata.
 

“Los comedores de patatas” Vicent Van Gogh (1885)

martes, 20 de agosto de 2013

FRASES DE LA HISTORIA I


“Contad solamente con vosotros mismos y nunca os engañaréis”
Esa fue la frase que pronunció el rey Federico II de Prusia a su sucesor, su sobrino Federico Guillermo II, días antes de morir en agosto de 1786. Resume su reinado, es un gran consejo para el joven heredero y simboliza el espíritu prusiano.
 
 

domingo, 18 de agosto de 2013

QUE EN OCASIÓN TAN EXTRAÑA...

En 1665, el enfermizo Carlos II de Habsburgo sucedía a su padre Felipe IV en el trono de las Españas. Lamentablemente, el joven rey, que subió al trono con sólo cuatro años, daba muestra de incapacidad psíquica y problemas físicos evidentes. Era la tara heredada de la política matrimonial de la Casa de los Austrias. Ni más ni menos, Carlos II era hijo de su prima ya que Felipe IV se había casado con Mariana de Austria que era su propia sobrina. Cosas de reyes oye...
 
El caso es que desde que nació, todo el mundo esperaba su muestre. El pobre niño era débil y padecía un sinfín de enfermedades y problemas que lo mantenían constantemente en la cama, rodeado de médicos, curanderos y hasta exorcistas. Y leen bien ustedes. Al rey le legaron a practicar exorcismos porque parecía que estuviese hechizado. Por algo lo apodaron "El hechizado".
 
Entre los múltiples defectos físicos del monarca, el más grave era la impotencia. El rey parecía que no podía engendrar hijos. Bueno, lo parecía y era más que evidente... Y esto era un gran problema porque la sucesión en el trono del reino más extenso de Europa estaba en juego. Las dos esposas del Carlos II se mostraron incapaces de dar un heredero, pero lo peor de todo es que la culpa no era de ellas, sino del propio rey.
 
La situación de debilidad del monarca y la incapacidad para tener un sucesor fue la comidilla en la corte española durante años. Bueno, en la española y en todas las europeas que movían fichas para repartirse los despojos de la Monarquía Hispánica en cuanto el Hechizado muriese.
 
Pero el pueblo español tampoco era ajeno a los problemas de su soberano ni a los de la corte de Madrid. También los españoles esperaban impacientes un heredero a la corona. Esperaban impacientes pero sin perder el sentido del humor ya que por la calles de Madrid corría una retahíla que "animaba" a la reina de origen francés María Luisa de Orleans, segunda esposa de Carlos II, a que concibiese al tan esperado heredero:
 
"Parid, bella flor de lis,
que en ocasión tan extraña,
si parís, parís a España;
y si no parís, a París". 
 
 
Tenía que ser una "ocasión tan extraña" que nunca se produjo. Carlos II murió sin descendencia en 1700 y la dinastía de los Habsburgo españoles se extinguió para siempre.

viernes, 9 de agosto de 2013

A PROPÓSITO DE GIBRALTAR


A propósito de la crisis entre España y el Reino Unido sobre el peñón de Gibraltar, hace unos días leí un tuit de alguien a quien no voy a nombrar que decía algo como lo siguiente (no es literal pero la idea es la misma): “El nacionalismo español reclama Gibraltar y no reconoce el derecho de autodeterminación de los pueblos catalán y vasco”. ¿Pero a qué viene semejante afirmación?

Resulta que Gibraltar no tiene el mismo status internacional que el País Vasco o Cataluña y eso es algo que hay que dejar bien claro. Cataluña y el País Vasco son Comunidades Autónomas de un Estado-Nación, que es España, por mucho que pese; mientras que Gibraltar está reconocido incluso por el gobierno británico como una colonia. Ese es el término que hay que usar para Gibraltar: colonia.

Al dejar esto claro, las diferencias son perfectamente entendibles. Desde el proceso histórico que ha configurado esas entidades políticas hasta su situación actual y sus aspiraciones en el futuro.

Los territorios vascos y catalanes han formado parte de la entidad geopolítica de España desde el siglo XV. Eso es indudable y además, no se conquistaron en ninguno de los dos casos por la fuerza. De hecho, no se conquistaron puesto que su integración en España fue al tiempo que otras regiones como Castilla, Aragón o Galicia (y semejante a éstas). Hablo de los territorios vascos, no de Navarra que sí que se conquistó por las armas pero sin apenas derramar sangre, todo hay que decirlo.

Gibraltar en cambio, fue conquistado por las armas en mitad de la Guerra de Sucesión española, en concreto en 1704. Y cuando digo conquistado, es literalmente: las tropas anglo-holandesas desembarcaron en el peñón y se lo arrebataron a las guarniciones españoles. El ejército de Felipe V intentó recuperarlo sucesivas veces hasta 1713. Ese año por el Tratado de Utrecht España reconocía la soberanía inglesa en el Peñón… y en la isla de Menorca.

Como suena, Menorca también fue conquistada entonces por lo británicos, pero nos la devolvieron en 1783, por la paz de Versalles tras la Guerra de Independencia de las Trece Colonias Americanas. Curioso, ¿verdad? ¿A que a nadie se le puede ocurrir ahora que Menorca fuese británica? Sería algo tan poco natural como es el caso de Gibraltar pero la Historia tiene esas cosas.

Hay otros que opinan que Gibraltar es para España algo así como Ceuta y Melilla para Marruecos. Nada más lejos de la realidad. Algunos piensan que cuando Gran Bretaña nos devuelva Gibraltar, nosotros deberíamos devolver Ceuta y Melilla a Marruecos. Pero en este último caso, el término “devolver” no tiene sentido. Me explico.

Inglaterra quitó Gibraltar a España puesto que en 1704, Gibraltar pertenecía a un reino denominado España, concretamente a la antigua Corona de Castilla. Sin embargo, los españoles conquistaron Ceuta y Melilla antes de que existiera el reino de Marruecos como tal. Desde el siglo XV, las ciudades autónomas pertenecen a Castilla (miento: antes, Ceuta había pertenecido a Portugal, curiosamente, o sea que en todo caso habría que devolvérsela a Portugal).

Además, Ceuta y Melilla, son comunidades autónomas de España, no son colonias, por tanto es como si hablamos de Granada (que se conquistó más tarde que Ceuta, por cierto) o de Tenerife… Gibraltar sí es colonia británica, según su estatus otorgado por el propio gobierno de Londres, por tanto debe ser devuelta.

Pero una vez más, mi palabra no vale nada. La mía no pero la de la Asamblea General de Naciones Unidas sí. El 14 de diciembre de 1960, se aprobó la “Declaración sobre la concesión de independencia a los Países y pueblos colonias”. En ella se instaba a las potencias colonias a otorgar la independencia a sus colonias. Curiosamente, hoy en día, hay todavía quince territorios por descolonizar. Algunos de ellos son el Sahara Occidental (colonizado por Marruecos), Nueva Caledonia (por Francia), las Islas Vírgenes (por EE.UU. – el país que impulsó la declaración, por cierto-), las Islas Malvinas o Gibraltar (ambas por el Reino Unido). Esta información la proporciona la ONU en la web cuya dirección se encuentra al final del escrito.

Si el Reino Unido considera a Gibraltar como una colonia, debe descolonizarlo y por tanto devolverlo a España. Si no es así, Londres está incumpliendo una Declaración de la Asamblea General de Naciones Unidad y el derecho internacional. Algo que hacen habitualmente las llamadas grandes potencias: EE.UU., Francia, el Reino Unido, etc., etc.

Y hablando de independencia, no os equivoquéis: la ONU no ampara el derecho a la autodeterminación de regiones secesionistas (como el País Vasco o Cataluña). Algunos partidos independentistas recurren a la citada declaración de descolonización asumiendo que todo territorio puede independizarse. Ni mucho menos: la declaración de Naciones Unidas se refiere a las Colonias, a territorios y pueblos colonizados. Estas regiones no son colonias, por tanto no pueden descolonizarse (independizarse). La ONU no lo contempla ya que garantiza la integridad territorial de los Estados miembros.

En resumen, ni Gibraltar es español (de momento), ni el País Vasco ni Cataluña son independientes (de momento). Lo que sí es cierto es que según la ONU, el Peñón sí debería ser España. No confundamos conceptos.

 

En este apartado de la web de Naciones Unidas se habla de descolonización, se pueden leer las declaraciones de la Asamblea General al respecto y el mapa de los territorios que aún quedan por descolonizar:

martes, 6 de agosto de 2013

JAPÓN ANIQUILADO (6 DE AGOSTO DE 1945)

A finales de julio de 1945, la guerra en el Pacífico parecía estar tocando a su fin. El hundimiento de Japón era evidente e inevitable y las tropas de EE.UU. se encontraban cada vez más cerca de su objetivo. La derrota incondicional del Imperio del Sol naciente. Esta situación era evidente hasta en el propio Japón. Ciudades como Tokio, Kobe o Kochi estaban destruidas en gran parte y las bombas incendiarias lanzadas desde los aviones americanos había hecho mella en la irreductible población japonesa. Muchos querían firmar la paz cuanto antes aunque fuese la derrota inevitable.
 
"Emperador estúpido" decía una de las miles de cartas enviadas por los japoneses al Emperador Hirohito. Ésta la escribía un niño de doce años. El sentimiento de derrota era aún mayor después de la caída del III Reich alemán en mayo que había puesto fin a la guerra. El Emperador nipón afirmó ante el Consejo Supremo de Dirección de la Guerra que debía considerar acabar con la contienda cuando antes. No sabían que ellos había perdido toda la iniciativa ya y que EE.UU. también pretendía acabar con la guerra de forma inmediata.
 
El seis de agosto, al amanecer, el bombardero estadounidense Enola Gay despegaba del crucero Indianápolis en el Pacífico. En sus entrañas se encontraba una bomba atómica a la que había bautizado como "Little Boy". A las 8 A.M. la tripulación divisó la ciudad de Hiroshima. Un cuarto de hora después, a las 8.15, la bomba fue liberada. Cincuenta y un segundos más tarde la bomba explotaba a dos mil pies de altura. Se hizo el silencio.
 
La explosión mató instantáneamente a entre 71.000 y 80.000 personas. Algunas de ellas se volatilizaron en el acto. Después, habría otros 240.000 muertos. El 68% de la ciudad quedó arrasado totalmente y el resto fue gravemente dañado. Pero Japón seguía resistiendo.
 
Tres días después, se lanzó una segunda bomba, "Fat Man" sobre la ciudad de Nagasaki. Murieron 40.000 personas instantáneamente y la bomba produjo un cráter de dos millas de largo. "Es el mayor acontecimiento de la Historia" afirmó el presidente de EE.UU. Truman desde el crudero Augusta, al conocer el desenlace de la operación.
 
Los altos mandos del ejército nipón se encontraban descolocados, sin saber cuál debía ser la respuesta a semejante destrucción. Sin saber tampoco si EE.UU. contaba con más bombas atómicas. El emperador rompió su silencio y sentenció: "Debemos soportar lo insoportable". El 14 de agosto se anunciaba la rendición.
 
Japón había sido aniquilado.



Lugar en el que fue volatilizada una de las miles de víctimas de la bomba atómica en Hiroshima (Están marcadas las huellas y la flecha indica la dirección de la onda expansiva).

sábado, 3 de agosto de 2013

LAS TRES FRACTURAS HISTÓRICAS DE EUROPA


Cuando estudiamos la geografía política de Europa, observamos la enorme diversidad que existe en nuestro continente. En poco más de 10,5 millones de kilómetros cuadrados, se pueden contar hasta cuarenta y cinco países independientes. Sin embargo, nada tiene que ver unos con otros. Así por ejemplo, muy distinta es Austria de su vecina Eslovaquia e inclusa más lo es Bosnia Herzegovina de Serbia.
 
Para entender esta diversidad debemos prestar atención a la propia historia de Viejo Continente. Durante más de tres milenios, distintas civilizaciones y países se han construido en Europa, y cientos de conflictos y guerras se han desarrollado aquí. Pero tres momentos, sólo tres, ayudan a entender la gran heterogeneidad europea. Tres fracturas históricas que dividieron el continente en dos y supusieron distintos destinos para las dos mitades. Esas fracturas están representadas en el mapa superior.
 
La primera es sin duda el "Limes" del Imperio Romano, es decir, la frontera entre la Romanidad y los pueblos bárbaros del norte. Las diferencias entre ambas zonas eran abismales: cultura, lengua, civilización, etc. De aquella división queda poco rastro hoy, pero durante siglos, hasta el 476 d.C. el limes partía Europa en dos. Los pueblos bárbaros, extranjeros para los romanos, envidiaban y admiraban la cultura de Roma. La civilización romana se encontraba mucho más avanzada que la germana en aquellos momentos.
 
La segunda fractura es el Cisma de la Iglesia de Oriente en el 1054 d.C. La Cristiandad se dividió por primera vez dando lugar a dos zonas: Occidente dominado por entidades como Francia, Castilla, el Sacro Imperio o los principados de Italia, incluido el Papado; y Oriente, dominado entonces por el Imperio Bizantino y el germen de lo que después sería Rusia. La cultura siguió desde entonces caminos distintos, simplemente debemos observar las fiestas religiosas ortodoxas o los alfabetos: en Occidente usamos el latino y en Oriente el Cirílico. Oriente sufrió durante siglos la ocupación del Imperio Otomano (islámico) desde el 1454.
 
La Reforma protestante del siglo XVI fue otra fractura pero secundaria, ya que los efectos sociopolíticos de la misma, aún siendo enormes, no son comparables a los del cisma de Oriente.
 
Por último, debemos hablar de la última fractura, que es mucho más evidente para nosotros. Desde 1948 hasta 1989, Europa estuvo partida en dos por el "Telón de Acero" en palabras de Churchill. El desfase entre los países de Oeste y de Este es más que evidente. Aún hoy, veinticinco años después, casi todos los países que se encontraban en la órbita soviética sufren retraso socioeconómico con respecto a los países de Occidente.
 
En conclusión, Europa es diversa por su larga historia y por las divisiones que se han producido a lo largo de los siglos.