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sábado, 3 de agosto de 2013

LAS TRES FRACTURAS HISTÓRICAS DE EUROPA


Cuando estudiamos la geografía política de Europa, observamos la enorme diversidad que existe en nuestro continente. En poco más de 10,5 millones de kilómetros cuadrados, se pueden contar hasta cuarenta y cinco países independientes. Sin embargo, nada tiene que ver unos con otros. Así por ejemplo, muy distinta es Austria de su vecina Eslovaquia e inclusa más lo es Bosnia Herzegovina de Serbia.
 
Para entender esta diversidad debemos prestar atención a la propia historia de Viejo Continente. Durante más de tres milenios, distintas civilizaciones y países se han construido en Europa, y cientos de conflictos y guerras se han desarrollado aquí. Pero tres momentos, sólo tres, ayudan a entender la gran heterogeneidad europea. Tres fracturas históricas que dividieron el continente en dos y supusieron distintos destinos para las dos mitades. Esas fracturas están representadas en el mapa superior.
 
La primera es sin duda el "Limes" del Imperio Romano, es decir, la frontera entre la Romanidad y los pueblos bárbaros del norte. Las diferencias entre ambas zonas eran abismales: cultura, lengua, civilización, etc. De aquella división queda poco rastro hoy, pero durante siglos, hasta el 476 d.C. el limes partía Europa en dos. Los pueblos bárbaros, extranjeros para los romanos, envidiaban y admiraban la cultura de Roma. La civilización romana se encontraba mucho más avanzada que la germana en aquellos momentos.
 
La segunda fractura es el Cisma de la Iglesia de Oriente en el 1054 d.C. La Cristiandad se dividió por primera vez dando lugar a dos zonas: Occidente dominado por entidades como Francia, Castilla, el Sacro Imperio o los principados de Italia, incluido el Papado; y Oriente, dominado entonces por el Imperio Bizantino y el germen de lo que después sería Rusia. La cultura siguió desde entonces caminos distintos, simplemente debemos observar las fiestas religiosas ortodoxas o los alfabetos: en Occidente usamos el latino y en Oriente el Cirílico. Oriente sufrió durante siglos la ocupación del Imperio Otomano (islámico) desde el 1454.
 
La Reforma protestante del siglo XVI fue otra fractura pero secundaria, ya que los efectos sociopolíticos de la misma, aún siendo enormes, no son comparables a los del cisma de Oriente.
 
Por último, debemos hablar de la última fractura, que es mucho más evidente para nosotros. Desde 1948 hasta 1989, Europa estuvo partida en dos por el "Telón de Acero" en palabras de Churchill. El desfase entre los países de Oeste y de Este es más que evidente. Aún hoy, veinticinco años después, casi todos los países que se encontraban en la órbita soviética sufren retraso socioeconómico con respecto a los países de Occidente.
 
En conclusión, Europa es diversa por su larga historia y por las divisiones que se han producido a lo largo de los siglos.

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