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sábado, 25 de mayo de 2013

RELACIONES ENTRE HISTORIAS I

Para muchos la Historia es una sucesión lineal de acontecimientos inconexos que tenemos que aprender en el colegio. Tanto es así que los episodios de la Historia parecen ser como los cuentos de Andersen: se pueden leer en cualquier orden porque para entender uno no es necesario el otro. Pero, una vez más, nada más lejos de la realidad: la Historia está conectada y no podemos entender lo que ocurre hoy sin conocer lo que pasó hace doscientos años. ¿No os lo creéis? Vamos a empezar aquí una serie (no sé de cuantas crónicas) para mostrar la relación existente entre acontecimientos distantes en el tiempo:
 
¿QUÉ RELACIÓN PUEDE TENER NAPOLEÓN (1769 - 1821) CON LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (1939 - 1945)?
 
Pues bien, es simple la respuesta:
 
Napoleón fue emperador de Francia a principios del siglo XIX. Durante su mandato, los ejércitos napoleónicos invadieron media Europa. Fue un intento de unificar Europa bajo dominio francés, exactamente igual que lo que intentaría hacer Hitler bajo dominio alemán en 1939.
 
Pero vayamos por partes: los ejércitos de Napoleón pisotearon los sentimientos nacionales de los países europeos: España, Portugal, Rusia, Gran Bretaña,... y por supuesto el del pueblo alemán que no tenía Estado propio. Los alemanes vivían a principios del siglo XIX en un montón de pequeños reinos, principados y ducados en los que se dividía el Sacro Imperio Romano Germánico. El emperador era de la casa de los Habsburgo (austriaca).
 
El caso es que cuando Napoleón pretendió coronarse emperador del Sacro Imperio éste se disolvió y se transformó en la Confederación del Rihn. Los alemanes no iban a permitir que un francés se hiciese con el trono imperial. Mientras los franceses imponían bajo su puño de hierro la "libertad, igualdad y fraternidad" de la Revolución francesa, los alemanes acrecentaban su sentimiento nacional. Es decir, fue una relación directamente proporcional: a más empeño francés por asimilar a los alemanes de oeste, más empeño de estos por acentuar su diferencia cultural, lingüística, ideológica y filosófica con ellos.
 
Cuando Napoleón fue derrotado en la batalla de Waterloo en 1815 el imperio francés se derrumbó pero el sentimiento nacional de los alemanes permaneció intacto. Tanto es así que a lo largo del siglo XIX estallaron en el Imperio Germánico una serie de revueltas que tenían precisamente el objetivo de reivindicar una cultura y una tradición común y una lengua propia. Cada vez más voces reivindicaban una Nación Alemana unificada.
 
Entre tanto, ascendió Prusia (que era un Estado autoritario heredero de los territorios de los caballeros teutones). La Unificación de Alemania es un proceso que requiere explicación larga pero en resumen podemos decir que el canciller Bismark de Prusia bajo el consentimiento del rey Guillermo I de Prusia impulsó la unificación de todos los Estados Alemanes excepto Austria (que también contenía población germana).
 
En este proceso de unificación Prusia (Alemania, más bien ya) se enfrentó a Francia en 1871 y le arrebató las regiones de Alsacia y Lorena donde vivía población germana no francesa. Resulta que aquel sentimiento nacionalista alemán despertado por los ejércitos franceses se volvió contra la propia Francia. Claro que en 1918, Francia aprovechó la oportunidad de recuperarlos tras la Primera Guerra Mundial y con una Alemania derrotada y en la ruina.
 
Pero el sentimiento nacionalista alemán no decayó. Tanto es así, que se responsabilizó a las fuerzas extranjeras de la crisis económica de los años 30 del siglo XX en Alemania: los vencedores de la Gran Guerra (adivinen: Francia entre ellos) y a los judíos (bueno, esto es otra historia).
 
Hitler prometía recuperar la esencia alemana, recobrar el espíritu de la Alemania Imperial... y los alemanes le apoyaron. La Segunda Guerra Mundial fue en parte consecuencia del intento de Hitler por unificar a todos los alemanes bajo un mismo Imperio (el Tercer Reich): los alemanes de los Sudetes en Checoslovaquia, los austriacos, Alsacia y Lorena, Danzing donde vivían alemanes porque hasta 1918 había sido la llamada Prusia Oriental.
 
En definitiva que no podemos comprender las causas de la Segunda Guerra Mundial sin saber que fue el francés Napoleón quien avivó el sentimiento nacionalista alemán. Sentimiento que por otro lado, llevaba siglos dormido hasta ese momento.
 
 
Este cuadro de Friedrich titulado "Coracero en el bosque" resume lo que de arriba: el coracero francés del ejército de Napoleón perdido en un denso bosque de abetos alemanes. El coracero nunca saldría con vida de allí. Igual que Francia de Alemania.