Páginas

miércoles, 31 de julio de 2013

THE GERMAN ORIGINS OF THE BRITISH MONARCHY


Some days ago, Prince George Alexander Louis of Cambridge was born at St Mary’s Hospital in London (England). The baby is the first son of the Duke and the Duchess of Cambridge and is the third in line to the throne after his father and his grandfather, Prince of Wales. The royal baby will be the seventh king of England with the name of George.

In spite of being Queen of England, the origins of the British Royal Family are not in England… They are in Germany!! In 1714, Elector of Hanover, George inherited the throne of England under the Act of Settlement. The new king spoke German and French but only a little English. He was German; not English, but he founded a new house in the throne of England: Hanover.

From 1714 to 1901, there were six sovereigns in England and four of them were called George!!! Curiously, the last king whose surname was Hanover was Victoria, the great-great-grandmother of Queen Elisabeth II of England… and king Juan Carlos I of Spain (they are only curiosities of History…)

The husband of Queen Victoria was Prince Albert of Saxe-Coburg and Gotha who was German too!!! The royal house changed the name again: they were Hanover but first they were Saxe-Coburg Gotha. Nevertheless, in History of Britain there is only a king with this surname: Edward VII (1901-1910)… Why?

Edward VII is the great-grandfather of Queen Elisabeth II but now the British Royal Family’s official name is Windsor and not Saxo-Coburg-Gotha…

The reason is very simple and it is related to British nationalism: in 1914, First World War broke out and Great Britain declared war to Germany. It was not good for the British Monarchy to have a German official name so they decided to replace Saxo-Coburg-Gotha for Windsor in 1917. After all, one of the castles of the British Royal Family is the Castle of Windsor. The anti-German feeling led King George V to adopt a new (and more English) official name…

Prince George Alexander Louis will be King George VII, in honour of the father of Queen Elisabeth, George VI. The Royal baby will be the seventh George of (German) British Monarchy…

 
For more information: http://www.royal.gov.uk/   

viernes, 19 de julio de 2013

77º ANIVERSARIO DEL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

..

jueves, 18 de julio de 2013

DESCUBRIENDO EGIPTO (III)


EGIPTOMANÍA
 
Y para acabar con esta triple entrada que rememora el descubrimiento de la Piedra Rosetta, no podemos olvidar a quien se encargó de descifrarla. Es verdad que muchos lo intentaron en la Europa decimonónica pero sólo Champollion lo consiguió. Gracias a él se desató en Francia y en todo el Viejo Continente una gran admiración por el Antiguo Egipto. Fue el comienzo de la Egiptomanía
Jean François Campollion nació en la localidad francesa de Figeac allá por el año 1790, en plena Revolución Francesa. Desde jovencito se interesó por la escritura de los antiguos egipcios que le parecía fascinante y misteriosa. Esta afición le llevó a estudiar la cultura egipcia y todas las lenguas antiguas (griego, copto, etc.).
En 1808, (sí el mismo año en que Napoleón invadió España), llegó a las manos del joven investigador una copia de las inscripciones de la Piedra Rosetta. Inmediatamente se puso manos a la obra tratando de descifrar el código. Tardó más de una década en lograrlo a pesar de que conocía perfectamente el copto pero lo logró en 1822. “Je tiens l’affaire” dijo… ¿recuerdan?
Después de su hazaña, se marchó de viaje por Italia donde conoció a Ippolito Rosellini. A ambos les unía su pasión por Egipto y el joven italiano se convirtió en el más cercano discípulo del egiptólogo francés. Tanta fue su amistad y su interés por la cultura del antiguo Egipto que organizaron una expedición franco-toscana al país del Nilo. Cada uno consiguió el beneplácito de su gobierno: Campollion el de Carlos X de Francia (el anteúltimo rey de la Historia de Francia) y Rosellini del Gran Duque de la Toscana Leopoldo II.
La expedición duró todo un año y se recogieron innumerables escritos y conclusiones sobre el Antiguo Egipto. Desafortunadamente, Champollion murió el 4 de marzo de 1832, a los cuarenta y dos años de edad. No pudo ver publicados sus escritos. Rosellini se encargó del trabajo en solitario.
A Champollion le debemos no sólo el haber descifrado la Piedra Rosetta sino también la difusión por Europa de la pasión por Egipto.
 
Champollion junto algunos de sus escritos sobre Egipto.

martes, 16 de julio de 2013

DESCUBRIENDO EGIPTO (II)



"JE TIENS L'AFFAIRE"


La Piedra Rosetta permitió descifrar los jeroglíficos egipcios y así entender las inscripciones encontradas a lo largo del río Nilo en templos, pirámides, palacios, esfinges, etc.

Los franceses fueron pioneros en el estudio del hallazgo que no es más que un decreto redactado en una reunión de sacerdotes que se llevó a cabo en la ciudad de Menfis hacia el 27 de marzo de 196 a.C. Por entonces, gobernaba en Egipto el faraón Ptolomeo V Epifanes (fijáos: éste es descendiente de Ptolomeo, uno de los generales de Alejandro Magno, que al morir el emperador se repartieron el imperio macedónico. Fundó la dinastía Ptolemaica a la que pertenece también la archi-famosa Cleopatra… Cosas de la historia, oye).

En la piedra Rosetta se especifican los beneficios económicos otorgados a los templos egipcios por el emperador. Y esto se explica en tres lenguas: el griego antiguo (porque la dinastía gobernante era de origen griego y ese idioma era conocido por mucha gente); en copto (el idioma de los egipcios, de las clases humildes más bien) y el jeroglífico que era el utilizado desde tiempos remotos en la civilización del Nilo.

Una copia de las escrituras llegó a manos de un joven investigador de nombre Jean – François Champollion. Se dedicaba al estudio de la antigua civilización egipcia. Como conocía el copto no le fue difícil descifrar la escritura jeroglífica. Es como si al lado de este escrito en castellano escribiésemos el mismo texto en ruso. Aunque no supieseis ruso, podrías descifrar el significado de los caracteres comparándolos con el escrito en castellano.

El 22 de septiembre de 1822 el trabajo estaba cumplido. Había descifrado los jeroglíficos y esto habría la puerta al estudio en profundidad de toda la cultura egipcia. Se había adelantado a su colega inglés que también lo estaba intentado, Thomas Joung.
 
 
Fragmento de la Piedra Rosetta donde se aprecia parte de la inscripción en copto (arriba) y en griego antiguo (abajo).
 
 
“Je tiens l’affaire” dijo Champollion satisfecho.

lunes, 15 de julio de 2013

DESCUBRIENDO EGIPTO (I)


EL DESCUBRIMIENTO DE LA PIEDRA ROSETTA
Cuentan que el 15 de julio de 1799, diez años después de la toma de la Bastilla, un batallón del ejército de Napoleón Bonaparte se encontraba construyendo un fuerte cerca de la ciudad egipcia de Rosetta (hoy conocida como Rashid). Había pasado un año desde el comienzo de la expedición napoleónica en Egipto y muchos de los investigadores que acompañaron al futuro emperador en su exótica aventura habían regresado a Francia para dar cuenta de la situación de Egipto en aquel momento.

Aquel día, un soldado francés cuyo nombre podría ser Pierre François Xavier Bouchard descubrió en la arena del desierto egipcio una curiosa placa de color negro con inscripciones en sus caras. El soldado, que conocía el griego antiguo, se dio cuenta de la importancia del hallazgo al advertir de que la inscripción se encontraba escrita en tres lenguas: griego antiguo, demótico o copto y en caracteres jeroglíficos.

Inmediatamente se hicieron grabados de la piedra y de sus inscripciones y se enviaron a Francia para su estudio mientras la original quedaba a buen recaudo en casa del general Menou en Alejandría (Egipto). Las inscripciones de la piedra permitieron entender el sistema de jeroglíficos del antiguo Egipto.

Dos años después, en 1801, llegaron a Egipto las tropas británicas dispuestas a enfrentarse a las francesas y arrebatarles su zona de influencia. Por supuesto, los ingleses conocían perfectamente la existencia de la piedra grabada y sabían de su importancia para conocer la historia egipcia. No iban a dejar pasar por alto este hecho.

El general inglés Turner llegó a Alejandría y se presentó en la puerta de la casa de Menou. Quería que le entregase la famosa piedra. Aunque el francés dijo que era de su propiedad, los soldados británicos se la arrebataron. Después fue enviada, por supuesto también, a Londres donde llegó en febrero de 1802. Desde entonces, la piedra está expuesta en el Museo Británico.

Se trata de la Piedra Rosetta…

Hasta aquí la historia de la piedra y su destino final pero ¿quién descifró el contenido? ¿qué pone en la piedra? ¿por qué fue tan importante para la Historia su descubrimiento?

Continuará.
 
Napoleón con sus generales en la Campaña de Egipto, según Leon Garôme (1867)

jueves, 4 de julio de 2013

LAS DIEZ FASES DE TODA REVOLUCIÓN


Hoy, en pleno siglo XXI, somos testigos de una revolución sin precedentes en el mundo árabe. La llamada Primavera árabe no sólo no ha terminado sino que se encuentra en uno de sus momentos más críticos: los egipcios, dos años después de destruir el régimen militar que los había oprimido en los últimos cincuenta años, han derrocado ahora al gobierno elegido en las urnas con ayuda del ejército. Curioso sin duda, sobre todo desde la perspectiva de la democracia occidental como la entendemos aquí. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que todas las revoluciones de la Historia han tenido fases muy similares y que son perfectamente reconocibles. La de Egipto no será seguramente una excepción.

Veamos cuáles son estas fases:

1.      A toda revolución antecede una situación llamada "prerrevolucionaria" que se caracteriza por el malestar entre la población. Curiosamente ese malestar no suele ser al principio político sino social y económico pero genera una situación de inconformismo creciente hacia la situación y normalmente se culpa a los gobernantes (reyes, dictadores, etc.) ¿Qué ocurrió por ejemplo en la Francia de finales del siglo XVIII? ¿o en la Rusia de principios del siglo XX? ¿y en los países árabes hace tres años?

2.      Ante esta situación, surgen distintos movimientos. En la sociedad, esos movimientos muy heterogéneos, que se oponen a los gobernantes, se alían con un objetivo común. Es decir, hay grupos ideológicos sin nada en común absolutamente pero con objetivo común: acabar con el régimen político imperante y dar un giro a la situación económica y social. Fijaos: liberales, salafistas, “Hermanos Musulmanes”, laicos, etc. en el Egipto de hoy; burgueses, campesinos, obreros en la Rusia pre-soviética, etc.

3.      Normalmente, el derrocamiento del gobierno se produce de forma violenta. Así ha sido a lo largo de la Historia: toma de la Bastilla en 1789 en Francia, asalto al Palacio de Invierno en 1917 en Rusia, etc. De hecho, este suele marcar un hito histórico aunque antes siempre hay algún incidente de menor importancia. En las revoluciones árabes, no se han producido debido a la época y la población de esos países: población joven, formada y pacifista en su mayor parte.

4.      A este hito histórico que es el derrocamiento de los dirigentes, se puede suceder una guerra civil como la rusa tras la Primera Guerra Mundial o la de Siria que nos resulta más cercana en el tiempo.

5.      Una vez derrocado el gobierno, un grupo político se alza con el poder. Normalmente suele ser el que se encuentra más organizado y cuenta con mayor respaldo social. Esto se ve claramente en el caso de Egipto ahora: los Hermanos Musulmanes son, según los expertos, el movimiento con mayor soporte social y mejor estructurado y se hizo con el poder tras la salida de Mubarak; los partidos comunistas en lugares como Rusia o China son otras ejemplos; etc.

6.      Este grupo político suele ser el más radical, es decir, sus objetivos son los más avanzados y generan más expectativas. El problema es que las grandes esperanzas provocan las grandes decepciones. Estos grupos suelen intentar cambiar la realidad social, política y económica del país de forma abrupta y los ciudadanos, aquellos que se habían aliado con estos grupos comienzan a manifestarse descontentos. ¿Qué ha pasado en el Egipto de hoy?

7.      En ocasiones, ante este descontento o alzados por el propio movimiento, llamémoslo hegemónico dentro de la revolución, surgen líderes más o menos carismáticos. Estos líderes intentan establecer un régimen personal con la excusa de defender los propios principios democráticos. Acuérdense ustedes de Napoleón Bonaparte. ¿Quizá Mursi pueda pertenecer a este grupo?

8.      El movimiento popular se alza de nuevo contra el gobernante, ahora revolucionario porque ve como los objetivos iniciales no son cumplidos. En este caso incluso suele ser más violento que el anterior y puede desencadenar una guerra civil. Si el dirigente se afianza en el poder, se suele establecer un dictadura muy represora (fíjense en las dictaduras comunistas).

9.      Si el gobierno revolucionario es derrocado, el nuevo gobierno es más moderado y establece unos objetivos mucho más coherentes con la situación. No obstante, esto no significa que tenga éxito porque en ocasiones, se vuelve a la situación pre-revolucionaria. Recordad, el reinado de Luis XVIII de Francia tras la Revolución Francesa.

10.  Los agentes de la revolución se van organizando en partidos políticos y las actitudes radicales de la época anterior se van disolviendo. Se ve la necesidad de consenso en algunos temas y la violencia en las calles desaparece poco a poco. Yo diría que la Revolución se domestica y se observa la necesidad de realizar cambios pero no tan rápidos y profundos como en las fases anteriores. Así ocurrió en la Francia del siglo XIX.

Estas diez fases pueden no sucederse siempre porque en ocasiones la situación política, social o económica del país lo impide. También hay que tener en cuenta que otros países pueden intervenir y cambiar el rumbo de la revolución. Entonces, los conflictos entre grupos pueden prolongarse indefinidamente desembocando en un Estado fallido. Esto también sucede cuando la sociedad aún no es lo suficiente madura como para entender que el consenso y los objetivos básicos comunes son imprescindibles para avanzar con los cambios y establecer un Estado sólido y estructurado.