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domingo, 29 de mayo de 2022

PURA IDEOLOGÍA



Cuando llega mayo, se plantea al profesorado la elección de los libros de texto que se utilizarán en el curso siguiente, a partir de septiembre. Lo normal es que esta decisión no suponga un gran drama porque intentamos mantener durante varios años los mismos libros. Estamos habituados a trabajar con ellos, los alumnos también y no supone tanto gasto, ni para las familias, ni para el centro si hay un banco de libros. 

Este curso es diferente porque a partir de septiembre va a entrar en vigor la nueva ley educativa (la octava en cuarenta años), que trae consigo, como todas, cambios en los contenidos de las asignaturas. Estos cambios aún se desconocen porque algunas comunidades autónomas no han aprobado el decreto que los hará efectivos. Inexplicablemente, las editoriales ya están editando sus nuevos manuales y los han enviado a los centros. Los profesores tenemos que elegir los libros de texto sin conocer todavía el currículo al que deben ajustarse.

Como en el curso 2022/23 el nuevo currículo educativo va a aplicarse en los cursos impares (en la E.S.O., en 1º y 3º), hemos tenido que decidir los nuevos manuales para impartir nuestra asignatura, Geografía e Historia. Quería compartir aquí unas reflexiones sobre los libros que hemos recibido como muestra para 3º de E.S.O., donde se estudia Geografía, no Historia.

Podría parecer que la Geografía no es una ciencia tan ideologizada como la Historia. Los contenidos de Historia son polémicos y habitualmente se utilizan como arma en el discurso político. Pero la Geografía es más neutral, próxima a las ciencias naturales, gran parte de sus contenidos no tiene una carga ideológica evidente. Así ha sido (o así me lo ha parecido) hasta ahora. 

La Geografía es la ciencia que se encarga del estudio del espacio donde se desarrollan las sociedades humanas y las formas en que estas se organizan. Tiene dos ramas, la Geografía Física, que estudia el espacio físico, el territorio y sus condicionantes naturales; y la Geografía Humana, que se centra en la relación que existe entre las sociedades y el espacio físico. En 3º de E.S.O. la asignatura aborda, fundamentalmente, contenidos de Geografía Humana.

Los pilares de la Geografía Humana son (o eran) la demografía (el estudio de la población), el urbanismo (las ciudades), los sectores económicos y algunas cuestiones de organización del territorio (fronteras, organizaciones supranacionales, formas de gobierno, etc.). Pues bien, todo esto ha desaparecido de los nuevos manuales de Geografía en Educación Secundaria. No queda ni rastro.

He consultado varios ejemplares de diferentes editoriales (que no voy a mencionar) y todos ellos eliminan por completo o parcialmente los contenidos relacionados con la demografía y el urbanismo. Ya no se estudia la población ni las ciudades. Los alumnos no van a conocer los factores que inciden en el crecimiento (o decrecimiento) de la población, ni la estructura de esta por sexos, ni la morfología urbana, ni los distintos tipos de planos urbanos. Tampoco van a estudiar la organización territorial de los países ni, por supuesto, las diferencias entre una democracia y una dictadura.

Los temas de los nuevos manuales se reducen a la economía. En un libro de texto de doce unidades didácticas, es fácil encontrar que al menos seis o siete abordan aspectos económicos: el sector primario, el sector secundario, el sector terciario, la innovación y el desarrollo, la economía en la Unión Europea, los retos económicos en España y el desarrollo sostenible. Más de la mitad del temario repitiendo, en esencia, los mismos contenidos, las misas ideas, la misma doctrina. El resto de unidades se centran, de forma superficial, en la Unión Europea y las migraciones (ojo, sólo las migraciones, no el estudio de la población). A ellos hay que añadir, a modo de introducción, un tema sobre la Geografía Física. 

No se pretende enseñar Geografía, se quieren enseñar los principios de la ideología dominante: los milagros de la economía, el emprendimiento y la innovación, las bondades de las migraciones, la santidad de la Unión Europea y la tristeza por la "España vaciada". Todo el rato repitiendo lo mismo y todo despojado de componente científico, de contexto y de rigor. Por ejemplo, al hablar de la "España vaciada" (nombre político, por cierto), se dice que una de las causas es la "reducida tasa de natalidad", pero la tasa de natalidad no se ha explicado antes, porque el tema se centra en las migraciones, no en el movimiento natural de la población. ¿Tiene algún sentido?

Eso sí, abundan las loas a las migraciones como la antesala de un mundo multicultural y cosmopolita idealizado y se pasa, enseguida, a cantar las maravillas del emprendimiento, de la tecnología y de la globalización. Nada se dice de los factors que provocan estos fenómenos, ni de las consecuencias positivas y negativas que desencadenan. Adiós al espíritu crítico, al conocimiento científico, al rigor, a la precisión. Todo ideas vagas, sentimientos y sensaciones, bien condimentadas, eso sí, con palabrería barata: los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las situaciones de aprendizaje, las competencias, etc. 

Al ojear estos manuales, es fácil caer en el desánimo. No se busca enseñar a pensar sino enseñar a tener unas ideas fijas e inamovibles que se repiten hasta la saciedad. No se pretende que los alumnos estudien Geografía sino que adquieran los principios básicos de un catecismo político absurdo, a la espera, por supuesto, de ver cómo queda el decreto que establecerá el currículo.

Esta claro que el discurso hegemónico tiene dos vertientes. Por un lado, el neoliberalismo económico basado en el materialismo y el utilitarismo. Todo lo que no ofrece un rendimiento monetario no sirve. Sólo es útil y aporta valor aquello que producirá riqueza material: la economía, la innovación tecnológica, el emprendimiento. De nada sirve la formación integral de los ciudadanos, ni su desarrollo personal. La población no necesita conocerse a sí misma, necesita producir. 

Por otro lado, este pilar pragmático se recubre con un barniz de buenismo y optimismo inocente tildado por muchos de "progresista". Se proyecta una sociedad idealizada, sin problemas sociales ni económicos, en la que no interesa saber por qué envejece la población de la "España vaciada" pero sí hay que sentir tristeza por ese mal que se considera inevitable. El conocimiento se sustituye por una doctrina incuestionable plasmada en unos Objetivos de Desarrollo Sostenible que nadie se cree.

Al final, el último dique de contención de esta ola de comistrajos ideológicos es el docente, que detiene las modas y los discursos vacíos y enseña ciencia. Cuando ocurra con los Objetivos de Desarrollo Sostenible lo mismo que ocurrió con los Objetivos de Desarrollo del Milenio; cuando el discurso político dominante pase de moda y sea sustituido por otro, el conocimiento científico seguirá ahí y la Geografía seguirá empeñada en comprender las relaciones entre el espacio físico y las sociedad humanas en todas sus dimensiones. Y los profesores seguiremos formando personas y enseñando ciencia.