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sábado, 2 de mayo de 2015

LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL TERCER REICH

Setenta aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial (abril - mayo de 1945)


Última foto de Adolf Hitler con vida, a las afueras del búnker de la Cancillería, en Berlín. Abril de 1945.


Alemania "es un país invadido, intervenido, sojuzgado... Nunca ha visto el mundo derrumbamiento parecido al de Alemania". Así describió el diario madrileño ABC la situación de la potencia germana en mayo de 1945. El día 8, el mismo rotativo titulaba "La mayor rendición que registra la Historia" en referencia a los trascendentales acontecimientos que se habían producido el día anterior. El Tercer Reich, el Reich de los Mil Años, había firmado su rendición incondicional. La Segunda Guerra Mundial finalizaba en Europa oficialmente.

En realidad, el destino de Alemania era inevitable desde bastante tiempo atrás. Desde el Desembarco de Normandia, en agosto de 1944, las fuerzas aliadas avanzaron imparablemente hacia el este liberando primero Francia y después Luxemburgo, Bélgica y Holanda. En marzo de 1945 cruzaron el Rhin y las puertas del territorio alemán quedaron abiertas. En el este, tras la batalla de Stalingrado (finalizada en 1943), el Ejército Rojo avanzó de igual forma hacia el oeste haciendo retroceder progresivamente a las fuerzas alemanas. El 17 de enero de 1945, los soviéticos entraron en Varsovia, que era, por aquel entonces, una ciudad completamente en ruinas. Los alemanes huyeron para defender la Prusia Occidental. Cracovia también cayó en manos rusas e igual destino corrieron las principales capitales de Centroeuropa: Budapest, Praga y Viena.

A finales de abril de aquel año, soviéticos y estadounidenses se encontraron en la región de Leizpig. Los primeros habían llegado por el este mientras que los segundos los habían hecho por el oeste. Ya no había frente en muchas zonas de Alemania. El Ejército alemán había sido derrotado en muchos lugares pero aún resistía en Berlín. La suerte, sin embargo, estaba echada. Los rusos ocuparon Postdam y Spandau en los días siguientes. El corazón del Reich se encontraba cercado.

Mientras tanto, el Führer Adolf Hitler resistía en el búnker de la Cancillería. Había ordenado a la población alemana la resistencia a ultranza. Ancianos, adolescentes, niños y mujeres habían sido armados para defender Berlín a toda costa. Aunque ello supusiese la aniquilación de los berlineses. Columnas de soldados soviéticos entraron en Berlín en sucesivas oleadas combatiendo casa por casa, esquina por esquina y calle por calle. 

El 28 de abril, el jefe de las Fuerzas Armadas alemanas, Heinrich Himmler, ofreció a norteamericanos y británicos la rendición incondicional con el objetivo de enfrentarlos a los soviéticos pero estos no la aceptaron. El presidente estadounidense, Truman, afirmó entonces que sólo aceptarían la rendición ante todos los aliados, incluidos los soviéticos. Los alemanes, por su parte, no estaban en condiciones de negociar nada pues tenían a los rusos en el centro de Berlín, a los estadounidenses en el Danubio y a los británicos en el Elba. 

La situación para los defensores del Tercer Reich era totalmente desesperada aunque Hitler animaba aún a continuar la lucha. El Führer se encontraba encerrado en el búnker, completamente aislado y con evidentes delirios. Los soviéticos se encontraban ya a pocos metros de la Cancillería y del Reichtag y Hitler no podía soportar que el Reich fuese tomado por los comunistas. Su proyecto para Alemania se había hundido, el propio país estaba en la más absoluta ruina y él veía atónito como su vida se acababa. Sabía el destino que le deparaba si lo capturaban los soldados soviéticos.

Hitler escribió su testamento político en el que nombraba un nuevo gobierno liderado por Karl Doenitz y atribuía a los judíos toda la responsabilidad de la contienda. El 30 de abril pidió al doctor Goebbels y a su guardia que le dejasen sólo en su habitación del búnker. Minutos después, Günsche y Linge, ayudante y mayordomo de Hitler respectivamente, entraban en la habitación y lo encontraban muerto junto a su esposa, Eva Braun. El Fhürer estaba sentado en el sofá, tenía la boca torcida y restos de cianuro en los labios. De su cabeza emanaba sangre porque se había disparado al mismo tiempo que mordía la cápsula de veneno. Su mano izquierda agarraba el retrato de su madre mientras la derecha pendía inerte tras el disparo. Eva Braun también había mordido una cápsula de cianuro.

Los cadáveres son quemados a las afueras del búnker mientras las bombas soviéticas caen por doquier. Ahora, numerosos rumores especulan con la posibilidad de que Hitler huyese de Berlín en dirección a Argentina. No obstante, no hay pruebas que lo verifiquen y parece imposible que alguien pudiese salir de aquella ciudad asediada por tierra y aire.

En aquel momento la Segunda Guerra Mundial se podía dar por concluida. El 2 de mayo el Ejército Alemán que resistía en el Norte de Italia se rinde. Lo mismo hace el que seguía combatiendo en Austria y Bohemia y algunas guarniciones que defendían Berlín. Los soviéticos campaban ya a sus anchas por la capital germana y en el resto de ciudades del Reich en ruinas la situación es caótica. Ya no hay imperio, ni ejército, ni gobierno, ni Fhürer. Aun quedan pequeños grupos de solados nazis que pelean rodeados y aislados en algunas zonas de Europa pero rápido son sometidos. En aquellos días de principios de mayo de 1945, los soviéticos hicieron más de 100.000 prisioneros alemanes. 

El 7 de mayo, el general Alfred Jodl firma la rendición incondicional de Alemania en el cuartel general del cuerpo expedicionario. Entra en vigor el día siguiente y en el documento el Alto Mando Alemán rinde sus ejércitos ante las fuerzas aliadas y el Alto Mando Soviético. Se ordena además el cese de todas las operaciones bélicas y se pide a los jefes de Wehrmacht que acaten las órdenes de los mandos aliados y soviéticos. 

El día 8 de mayo, el almirante Karl Doenitz proclamaba la desaparición del Partido Nacional Socialista Alemán y, con él, la base política del Tercer Reich. El poder en Alemania pasa a manos de los aliados y a los ejércitos de ocupación. En los meses siguientes, los dirigentes de Estados Unidos, Reino Unidos y la Unión Soviética acordarían la destrucción del armamento alemán, la división del país en cuatro zonas de ocupación (americana, británica, soviética y francesa) y la creación de un tribunal internacional que juzgue a los líderes del nazismo y a los responsables de la guerra. En definitiva, la desmilitarización, la división y la desnazificación de Alemania. El Reich de los Mil Años había sido destruido por completo en poco más de cinco años de guerra; empezaba entonces, la reconstrucción de Europa.



Cadáver de un soldado alemán ante la Puerta de Brandemburgo, en la primavera de 1945. El Tercer Reich había sido aniquilado.