Uno de los avances más importantes que ha
hecho el ser humano a lo largo de la Historia fue el descubrimiento y
domesticación de algo tan cotidiano hoy como es la patata. Se cree que los hombres
que vivían cerca del lago Titicaca, en la actual frontera entre el Perú y
Bolivia, aprendieron a cultivarla hace unos 8.000 años.
En 1537 el explorador español Jiménez de
Quesada describió por la presencia generalizada del tubérculo en Sudamérica. A
los españoles de entonces que fueron a América, les parecía similar a la batata
(o camote) por lo que muchas veces la confundieron. Acabaron poniéndole el
nombre de patata aunque los Incas en realidad la llamaban papa.
En 1573, la papa ya se encontraba en Canarias
y poco después en Europa. El Hospital de la Sangre de Sevilla compró cientos de
kilos para sus pacientes. Menos de un siglo después, la patata salvó de la
inanición a millones de personas en Europa durante la Guerra de los Treinta
Años (1618 – 1648). Era un alimento que crecía fácilmente en todo tipo de
suelos, incluso en los más pobres.
Misioneros, mercaderes y colonos llevaron
a la papa alrededor del mundo. En 1600 llegó a la China en navíos holandeses.
En 1620 a Norteamérica. En 1769, los ingleses la introdujeron en Nueva Zelanda
y poco después en Australia. Sí, al otro lado del mundo.
La papa se convirtió en un alimento tan
importante que hasta se hicieron guerras por ella. Entre 1778 y 1779, durante
la guerra bávara de sucesión, los ejércitos austriacos pasaron largo tiempo en
Bohemia recolectando patatas del suelo para conseguir comida y evitar que ésta
llegara al enemigo. Era la única comida que había, por eso se llamó “la Guerra
de la Patata”.
El mismísimo rey Luis XVI cultivaba patatas
en Versalles. Eso sí, antes de que le cortaran el pescuezo. Y en la Casa Blanca,
varios presidentes, entre ellos Thomas Jefferson, servían a sus invitados papa
fritas. ¡En pleno siglo XIX!
Fíjense si la papa llegó a ser importante que
la economía y la vida de millones de personas dependía de ella en Europa. A
mediados del siglo XIX, una enfermedad afectó a la patata en Irlanda. El
resultado fue un millón de personas muertas de hambre y otro millón emigrado en
busca de alimentos.
Hoy en día, la papa es una de las hortalizas
más difundidas y el alimento más consumido en Europa. En el mundo,
China e India son los mayores productores de papa y junto con el trigo y el
arroz, de ella depende la alimentación de miles de millones de personas. En
2008 se celebró el año de la Patata.
“Los comedores de patatas” Vicent Van Gogh (1885)
En la reciente novela de ciencia- ficción El Marciano de Andy Wier, hasta en marte el astronauta Mark Watney cultivó papas, lo cual le permittió sobrevivir hasta su rescate por parte de la NASA.
ResponderEliminarCarlos Coto.
Esa pelicula es una porquería totalmente inverosimil, encima una americanada.
EliminarEs cierto, quizás tenga partes interesantes pero esa película The Martian fue aburrida y decepcionante.
EliminarOperación Rescate se llamó esa película y me pareció muy bien realizada e interesante. Cada país pone su sello en el arte, por ej. a mi no me gustan las películas de Almodóbar, pero por eso no pienso que es una españoletada y me encantan las de Woody Allen. A propósito de papas, me encantan las papas arrugadas canarias y no las papas fritas.
ResponderEliminarel tema es como un tuberculo peruano como la papa salvó a la humanidad de una hambruna total.
ResponderEliminarEuropa le debe mucho a América Latina!!!!
ResponderEliminarLa papa es originaria de Perú fue un alimento de la cultura Inca
ResponderEliminarexactamente, y eso que en Perú existen muchas variedades de papas.
EliminarEn estos momentos de pandemia cuando muchos peruanos no tienen medios para subsistir, la papa cuyo cultivo se remonta a antes del incanato, donde en el Peru existen mas de 4000 variedades, seria una alternativa para paliar las necesidades alimentarias y de paso de incentivo a los campesinos y productores de este tuberculo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.si salvo a Europa en tiempos de guerra
ResponderEliminarPorque no aprovechar estos momentos duros que vive la humanidad y hacemos que su consumo sea masivo.