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sábado, 15 de septiembre de 2012

HISTORIAS DE LA CORTE CASTELLANA III


Juana, la reina loca de Castilla

Como conté en la entrada anterior, los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, tuvieron cinco hijos. Los hijos mayores  murieron siendo jóvenes, algo habitual en la época (finales del siglo XV y principios del XVI):
 
  • Isabel, casada con Alfonso de Avis primero y con Manuel I de Portugal después. Falleció en 1498.
  • Juan, casado con Margarita de Habsburgo y heredero al trono, murió en 1497.
  • Juana, casada con Felipe de Habsburgo.
  • Catalina, que contrajo matrimonio con el rey de Inglaterra Enrique VIII (Tudor). Después se divorciaron.
  • María que se casó con Manuel I de Portugal (tras la muerte de su hermana Isabel, claro.)
Incluso el nieto de los Reyes Católicos, Miguel que habría heredado Castilla, Aragón y Portugal ya que era hijo de Isabel, murió en 1500. Sólo quedarón Juana, Catalina y María. Juana tendría que heredar la corona por ser la mayor de las tres.
 
Desde pequeña, la Infanta Juana había mostrado un complejo carácter que rozaba la locura. De hecho, entre el pueblo era conocida como Juana "La Loca". Con dieciséis años, los reyes, concertaron su matrimonio con Felipe de Habsburgo, duque de Borgoña e hijo del emperador Maximiliano (del Sacro Imperio Romano Germánico).
 

Juana la Loca
Al conocerse, la pareja real se enamoró perdidamente y se casaron en la Catedral de San Rombout de Malinas, en Flandes. Tuvieron varios hijos: Leonor, Carlos, Isabel, Fernando, María y Catalina. Sin embargo la Corte flamenca era muy distinta a la puritana Corte castellana donde se había educado Juana, y la vida de Felipe, llena de fiestas y excesos, provocó unos profundos celos en su esposa. Celos que se transformaron en una auténtica patología mental.
 
La muerte de sus hermanos, la convirtió en heredera a la Corona de Castilla y Aragón así que ambos, Juana y Felipe, viajaron a la Península para cumplir los deseos de su madre Isabel que deseaba que ella fuera la heredera y reinase junto a su padre Fernando de Aragón y su esposo Felipe de Borgoña (que la cuidarían y decidirían por ella debido a su locura). Se acordó en la Concordia de Salamanca.
 
Tras la muerte de Isabel, Felipe y Fernando se enfrentaron por la regencia de Castilla hasta que el segundo se retiró a su reino, Aragón, dejando a Felipe el trono castellano. Pero la muerte de Felipe en 1506 en Burgos, agudizó los problemas mentales de la viuda Juana que se empeñó en trasladar su cuerpo ¡¡hasta Granada!! y acompañarlo en todo momento. No se separó del ataud nunca hasta que le dio sepultura.
 
Como la locura de Juana era evidente, el cardenal Cisneros y el rey Fernando acordaron ejercer la regencia conjunta sobre Castilla y encerrar a la reina ausente en Tordesillas en 1509. Siete años después murió Fernando y su nieto Carlos (hijo de Juana) heredó Castilla y Aragón.
 
La reina madre, Juana, continuó encerrada. Aunque el Levantamiento Comunero de 1520 la proclamó reina de nuevo, se negó a apoyar a los insurrectos contra su propio hijo. Al final de su vida sólo fue visitada por el propio emperador Carlos y por Francisco de Borja (futuro santo). Murió en 1555 con setenta y seis años de edad. Llevaba cuarenta y seis recluida en Tordesillas.
 
Por entonces, la península y la vieja Castilla habían cambiado mucho y ahora era la mayor potencia militar y económica de Occidente gracias a las riquezas que llegaban de América.
 
 
Información extraída de "Atlas Ilustrado de los Reyes y Reinas de España" (Varios Autores), Ed. Susaeta.

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