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jueves, 13 de septiembre de 2012

HISTORIAS DE LA CORTE CASTELLANA I

La lucha por el trono de Castilla

 
El rey Juan II de Castilla (reinó entre 1406 y 1454)  tuvo tres hijos: Enrique, Isabel y Alfonso. A su muerte, le sucedio su primogénito que se convirtió en Enrique IV. El rey se enfrentó en diversas ocasiones al favorito de su padre Álvaro de Luna hasta que consiguió su muerte.
 
Enrique IV se caso primero con Blanca de Navarra pero al no poder darle un hijo, la repudió. Después contrajo matrimonio con Juana de Portugal, sin embargo el rey seguía sin tener descendencia y en las villas castellanas comenzaron a llamarlo "El Impotente". Finalmente, con su segunda mujer tuvo una hija, Juana, llamada a ser Reina de Castilla.
 
Enrique IV, "el Impotente"
Por aquel entonces, Enrique IV tenía otro favorito, Beltrán de la Cueva. Muchos rumores se difundieron sobre el privado del rey: su posible homosexualidad y relación con el propio rey, relaciones con la reina Juana de Portugal, etc. Sin embargo, la más grave fue el bulo nunca comprobado sobre la paternidad de la futura reina, Juana. La posibilidad de que la heredera no fuera hija del rey provocó gran curiosidad entre el pueblo y temor en la nobleza así que a la niña le apodaron Juana "la Beltraneja" (hija del tal Beltrán).
 
 
La nobleza de Castilla ante semejante posibilidad se apresuro a desacreditar a la pequeña Juana y a proclamar al Infante Alfonso (hermano de Enrique IV) heredero al trono. Es lo que se conoce como "la farsa de Ávila" ya que algunos nobles incluso "certificaron" que Juana no era hija del rey, algo que en la época no era posible asegurar.
 
En todo caso, el Infante Alfonso murió a las pocas semanas de ser proclamado sucesor y el rey, presionado por la nobleza, temeroso de que el rumor fuera cierto y sin ninguna otra salida, firmó el Tratado de los Toros de Guisando (Ávila) donde reconocía a su hermana, la Infanta Isabel, como heredera al trono. Corría el año 1468.
 
Así fue como Isabel, en principio sin posibilidad de ser reina de Castilla, fue reconocida como heredera al trono. Entonces su matrimonio se convirtió en un tema de gran trascendencia. Entre los pretendientes se encontraban D. Pedro Girón, maestre de Calatrava, Alfonso V de Portugal (que haría realidad la unión dinástica de Castilla y Portugal) y Fernando de Aragón, heredero al trono de la Corona de Aragón.
 
El rey Enrique deseaba que Isabel se casara con el rey de Portugal para unir los dos mayores reinos peninsulares, pero la interesada escogió a Fernando de Aragón. La boda se celebró el 19 de octubre de 1469 en Valladolid.
 
El rey enfurecido revocó el Pacto de los Toros de Guisando y reconoció de nuevo a su hija Juana como heredera al trono. Se formaron entonces dos grupos: aquellos que apoyaban a Juana "la Beltraneja" y los que apoyaban a la Infanta Isabel.
 
La repentina muerte del rey Enrique IV en 1474 fue la chispa que prendió el polvorín. Castilla estalló en una guerra civil entre las dos facciones y donde tenían intereses otros reinos como Aragón y Portugal.

 
 
Continuará...
 

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