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sábado, 28 de septiembre de 2013

LÍOS DE NOMBRES Y BANDERAS (II)


En la entrada anterior dejamos a Macedonia y Grecia enzarzados en una lucha diplomática por cuestiones de importancia relativa: el nombre oficial y la bandera. Pero remontémonos al origen del conflicto para encontrar la solución.  
 
Los macedonios actuales se consideran herederos de la Antigua Macedonia de Alejandro Magno. Tanto es así que en una de las plazas más céntricas de Skopje se alza una enorme estatua ecuestre del rey macedonio que vivió en el siglo IV a.C. y que conquistó medio mundo. Toda una declaración de intenciones para los macedonios actuales. El aeropuerto de la capital macedonia también se llama Alejandro Magno, no les digo más.

Pero nada más lejos de la realidad. La actual Macedonia, poco o nada tiene que ver con la del legendario caudillo de la antigüedad. De hecho, sólo una mínima parte del territorio de la actual Macedonia pertenecía a la Macedonia de entonces. Aquí lo tienen:
 
La Macedonia de Alejandro Magno coloreada en azul. La actual Macedonia eran tierras de bárbaros para los contemporáneos de Aristóteles.
Tan sólo una ínfima parte de la Macedonia de Alejandro Magno se asentaba en tierras de lo que hoy es la República de Macedonia. La Mayor parte de la Macedonia Antigua se encontraba en las actuales provincias griegas de Macedonia. La capital de la que hoy es "Macedonia Central" en Grecia, Salónica (segunda ciudad del país), fue fundada por Casandro de Macedonia, esposo de Tessaloniké, que a su vez era hija de Filipo II y hermanastra de Alejandro Magno.
 
Pero tras la conquista del reino por Roma siglos después y más tarde, ya en la Edad Media, se configuró una región denominada "Macedonia" en un territorio algo más amplio que el antiguo reino. Esta región medieval (perteneciente al Imperio Bizantino y después a los Otomanos) sí ocupaba una buena parte de lo que es hoy la Moderna Macedonia. Miren:
 
La Macedonia Medieval


 
El 51% de esta región es hoy Grecia, el 37% es hoy soberanía de la República de Macedonia, el 11% es hoy de Bulgaria y el resto de Albania. Por eso, hace unos años, los macedonios hacían manifestaciones gritando "¡37!" que es el porcentaje de la antigua Macedonia que corresponde a su país.
 
En resumen, de nuevo el nacionalismo impone el sentimiento irracional que se encuentra en este conflicto. Una cosa está clara: los actuales macedonios no son, por supuesto, herederos directos de Alejandro Magno. Pero tampoco los griegos actuales lo son de los antiguos griegos. La Historia es larga y entre ambos momentos aquí relatados hay un sinfín de conquistas, reconquistas, unificaciones y divisiones.
 
¿La solución? pues no parece clara hoy en día. Ninguna de las partes está dispuesta a ceder porque eso se podría entender como debilidad ante el adversario. Pero en la propia Unión Europea se puede encontrar algo parecido a una respuesta al conflicto:
 
Bélgica y Luxemburgo son países vecinos, amigos, socios comerciales y dos pilares inseparables de la UE. Su historia está cruzada en numerosas ocasiones y su cultura sí tiene una raíz común. Pero no sólo eso, sino que en la Región Valona de Bélgica, una de las provincias se llama Luxemburgo y es limítrofe con la Gran Ducado de Luxemburgo. Los únicos problemas que hay en la zona es a qué lado de la frontera ponen un supermercado o un concesionario de coches.
 
La solución es pues el entendimiento admitiendo que la Historia ha zarandeado continuamente a los pueblos y las sociedades, y lo seguirá haciendo. Sólo hace falta conocerla para darse cuenta.

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