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domingo, 8 de septiembre de 2013

CUANDO LO IMPORTANTE ES LA POLÍTICA Y LA TRADICIÓN...


Ayer, el Comité Olímpico Internacional (COI) eligió en Buenos Aires (Argentina) la ciudad que debe acoger los Juegos Olímpicos de 2020. Las candidatas era tres: Tokio, Estambul y Madrid. De nuevo, el máximo organismo del olimpismo organizó un circo maravilloso del que estaban pendientes miles de millones de personas alrededor del mundo. Especialmente, millones de japoneses, turcos y españoles que esperaba con emoción que su ciudad fuese elegida. Aquí en España se vivió con ilusión y alegría. Hasta las nueve menos cuarto de la noche.

Después de una presentación sobresaliente de la delegación española, según opinaron los expertos, nadie podía presagiar que Madrid sería eliminada en la segunda votación tras empatar a puntos con Estambul en la primera ronda. España se quedó helada y con razón. Después de haber obtenido la mejor nota en los informes de evaluación del proyecto y de tener “apalabrados” cincuenta de los noventa y ocho votos de los delegados, ¿qué ocurrió para que nos echasen a la primera de cambio?

La respuesta es sencilla. El COI es un organismo político que se rige por intereses políticos y económicos, en ningún caso por intereses deportivos. El mítico espíritu olímpico hace décadas que dejó de existir y hoy en día el COI es una asociación de personajes de la calaña del príncipe Alberto de Mónaco, la princesa Ana de Inglaterra o Joseph Blatter (presidente del FIFA). Es una panda de monigotes cuya ocupación no es otra que servir a grandes compañías internacionales y a los propios países que les pagan.

Y he aquí la prueba de que la candidatura de España no tuvo ninguna opción desde el principio. No por cuestiones técnicas deportivas, ni por el dopaje, ni si quiera por la situación económica de nuestro país. Todo esto a los miembros del COI les importa tres pepinos. De hecho, durante las presentaciones, muchos de ellos ni estaban prestando atención. El resultado de la votación venía marcado de más arriba. El COI es simplemente un teatro, en el que casi cien títeres eligen dónde se va a celebrar algo que les importa muy poco.

Madrid tenía el 80% de las instalaciones construidas y era un proyecto austero, el más austero de los tres. Eso no interesa a las grandes compañías financieras internacionales porque si no hay qué construir, no hay que invertir y por tanto ellas no ganan dinero. Desde las altas esferas ya se encargarían de decir a los miembros del COI: “Oigan, que aquí hay que ganar dinero así que ¿a ver a quién votáis?”. Claro está muchos delegados del COI son asesores en esas empresas.

Pero no sólo de intereses económicos se vive, también están los políticos y la tradición. Si observamos un mapamundi podemos situar fácilmente un montón de países “rivales” de España en distintos ámbitos: EE.UU., Reino Unido, Alemania, Francia, Suiza, Italia. No son países cualquiera sino grandes potencias. Fijaos:

El incidente de Gibraltar supuso un roce diplomático con el Reino Unido y esto influye en todos los aspectos. Está claro que los británicos no nos darían sus votos porque por mucho que seamos socios en la OTAN y en la UE, nos tenemos tirria mutua. Seamos francos. El Reino Unido tiene tres miembros en el COI pero cuenta con los de la Commonwealth. Resulta que 54 países distintos, muchos de ellos con miembros en el COI, se encuentran sometidos a un régimen semicolonial en asuntos políticos y económicos al Reino Unido. Países como Canadá, India, Australia y otros menores tienen  miembros en el COI y sus votos tampoco los tuvimos.

Y es que la sombra de la Gran Bretaña es muy alargada, amigos. Incluso me atrevería a decir que los EE.UU. se podrían ver influenciados por la “madre patria” anglosajona aunque no sea miembro de la Commonwealth. En total, en torno a treinta votos menos en la elección.

Pero no sólo el Reino Unido y sus países “asociados” tienen intereses contrapuestos a los de España. A Alemania tampoco le interesaban unos juegos olímpicos en Europa en 2020 puesto que Berlín quiere presentarse a celebrar los del 2024. Ya saben, ese supuesto principio de la rotación de continentes que los miembros del COI utilizan para no otorgarlos a una ciudad cuando no les da la gana… Pero además a Ángela Merkel tampoco le interesaba porque a los ojos germanos hubiese parecido que Madrid utilizaba el dinero del rescate bancario para organizar un espectáculo como son los JJ.OO. Y hay elecciones dentro de un par de semanas.

También es cierto que muchos países europeos se encuentran muy influenciados por Alemania. Ahí lo dejo. Por no hablar de Francia que pretende presentar a París como candidata para albergar los Juegos Olímpicos de 2024 también. Si es el aquí el que no corre vuela.

Claro está, por cuestiones de horario y cercanía, a los países asiáticos como China, Corea del Sur, Indonesia, India, les interesaban unos juegos cerquita, en Japón que está a tiro de piedra. Que los juegos de invierno de 2018 se van a celebrar en Corea del Sur, acordaos de la rotación de continentes… “¡Qué más da muchachos!!” debieron de decir chinos y coreanos. Aquí lo que importa es la audiencia, la inversión y el despilfarro.

Si a todo esto sumamos que los países que en teoría podrían apoyar a España como son los de Iberoamérica cuentan más bien poco y en el norte de África estarían mirando a Estambul por sus lazos culturales, obtenemos nulas posibilidades de ser elegidos para acoger los juegos olímpicos. Añadiendo además problemas internos de España como la (des) unión nacional, la situación económica, y la pérdida de influencia internacional por falta de sentido de Estado, el sueño olímpico es imposible.

Poco han contado los problemas con la radiación en Fukushima, la instabilidad política y social en Turquía. Lo que importan para el COI es el lugar donde hay posibilidad para invertir. Nawal Al Mourawakei, miembro del COI afirmó lo siguiente: “creemos que España debe invertir sus recursos económicos en asuntos más importantes que los Juegos Olímpicos”. Una muestra de la hipocresía de esta gente si observamos la situación turca y japonesa a día de hoy. Ridículo.

España no es nadie para dar ejemplo en ningún ámbito, ni en el económico, ni en el político ni en el deportivo. Pero resulta que ningún país en el mundo puede darnos lecciones en eso porque sólo hay que mirar a los miembros del COI para comprobar que en este mundo la hipocresía, la corrupción y la desfachatez abundan por doquier.

Pues lo dicho: cuando lo que cuenta es la política y la tradición… no hay nada que hacer.

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