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viernes, 7 de febrero de 2020

"CARLOS V EN MÜHLBERG" DE TIZIANO

  • Autor: Tiziano
  • Estilo: Renacimiento italiano (s. XVI)
  • Año: 1548

Se trata del retrato más importante que el pintor veneciano hizo de Carlos V. Representa al emperador montado a caballo durante la Batalla de Mülhberg (1547) en la que los ejércitos imperiales derrotaron a las tropas protestantes de la Liga de Smalkalda. A pesar de la victoria imperial, Carlos V tuvo que reconocer la dualidad religiosa (protestantes - católicos) en el Sacro Imperio Romano Germánico en la Paz de Augsburgo (1555).

Tiziano nos muestra a Carlos V como un soberano poderoso, magnánimo y valiente. Lidera a sus tropas como hacían los reyes medievales (eran un rey soldado) y muestra firmeza y tesón. El rostro refleja serenidad a pesar de la tensión de la guerra. Todas las referencias a la batalla son implícitas porque en el cuadro no hay ningún otro personaje.

Tiziano se inspiró en la escultura ecuestre romana de Marco Aurelio (emplazada en la Plaza del Capitolio de Roma). Como elementos destacados mencionamos:

  • La armadura que aún se conserva en la Armería del Palacio Real de Madrid.
  • El Toisón de Oro, símbolo de la Monarquía española.
  • La banda carmeí, símbolo de los generales en el campo de batalla.
  • La lanza, sostenida con la mano derecha, es el símbolo de San Jorge.
  • Con la izquierda sujeta con firmeza las riendas de un caballo castaño español.
El caballo representa el imperio de Carlos V. A pesar de la corveta, el emperador está sereno, es un pacificador. Se trata de una clara alusión a la victoria en la batalla que ha llevado la paz al Sacro Imperio.

Es interesante saber que en aquel momento, Carlos V apenas tenía cuarenta y siete años, pero aparentaba ser un anciano. Sufría gota, una enfermedad común en los reyes, lo que le obligaba a permanecer en cama en muchas ocasiones. De hecho, asistió a alguna batalla en silla o en cama y no montado a caballo debido a los terribles dolores que sufría. La imagen victoriosa que nos presenta aquí Tiziano no se correspondía con la realidad en el momento en que se pintó el cuadro.

Tiziano rechaza aquí la pincelada precisa y prefiere trazos rápido, vigorosos y enérgicos. Con las obras de Tiziano, Carlos V inició la colección real del Museo del Prado en el siglo XVI, aunque sin ser consciente de ello.


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