Hace unos días visité de nuevo la ciudad de San Sebastián con los compañeros del instituto y descubrí algunos detalles de la Historia de la ciudad que desconocía. Voy a intentar relatarlos en las líneas que siguen sin otro propósito que fijar lo aprendido y plasmarlos por si a alguien puede servirle.
Ciudad de San Sebastián, desde el Monte Urgull
Al parecer, el origen de la ciudad se encuentra en un monasterio medieval de nombre "San Sebastián el Antiguo" que se localizaba (creo) en lo que hoy es el barrio de Ondarreta. A finales del siglo XII, fue el rey pamplonés Sancho el Sabio quien fundó oficialmente la ciudad al otro lado de la Bahía de la Concha, a los pies del Monte Urgull.
Sobre el monte se contruyó el Castillo de la Mota y bajo él, el núcleo de población primitivo protegido por altas murallas. El límite meridional del núcleo urbano se encontraba en lo que hoy es el Bulevar. Por el este, el río Urumea establecía los límites; y por el oeste, la bahía de la Concha y el puerto.
Desde sus orígenes, San Sebastián ha tenido un doble carácter defensivo y marinero. No es extraño, pues, que algunos de los cabos de amarre de los barcos en el puerto no sean más que cañones incrustados en el suelo.
Una de las fechas importantes en la historia de la ciudad es el 31 de agosto de 1813, cuando se produjo la recuperación de la ciudad por parte de los ejércitos aliados anglo-españoles durante la Guerra de Independencia frente a los franceses. La ciudad y sus murallas quedaron destruidas por completo y hubo que reconstruir los edificos según los gustos burgueses del siglo XIX.
Detalles de la ciudad. 1) Estación meteorológica de la plaza de Guipúzcoa; 2) barandilla del paseo de la Concha; 3) cañón usado como cabo de amarre en el puerto; 4) restos de la muralla medieval de la ciudad.
Por ello, la parte vieja de la ciudad, donde se degustan los famosos "pintxos", no tiene una antigüedad superior a los ciento cincuenta años. La protección de la Corona, en especial del rey Fernando VII, fue esencial en la reconstrucción de San Sebastián.
Durante las Guerras Carlistas que siguieron a la muerte de Fernando VII en 1833, la ciudad se mantuvo fiel a los liberales y a la reina Isabel II. Los carlistas, que contaban con importantes apoyos entre la población rural de Guipúzcoa, intentaron tomar la ciudad en 1835 aunque fracasaron. El ejército gubernamental resistió con ayuda de la Legión Auxiliar Británica.
En relación con esto, merece la pena destacar el llamado cementerio de los ingleses ubicado en la ladera norte del Monte Urgull. Aún hoy pueden verse curiosas tumbas que señalan los enterramientos de los soldados británicos que perecieron en San Sebastián defendiéndola de los ataques carlistas. Se pueden contemplar hasta diez tumbas o monumentos funerarios que, en la umbría del Urgull, tienen un aire romántico y tétrico al mismo tiempo.
Arriba: 1) cañón del siglo XIX en el castillo de la Mota; 2) tumba de un general británico; 3) monumento funerario alegórico de la batalla de 1813 en el cementerio de los ingleses; Abajo: vista de la bahía de la Concha desde el Monte Urgull.
Desde mediados del siglo XIX, San Sebastián se convirtió en uno de los principales destinos turísticos de Europa. Parte de la burguesía europea veraneaba en San Sebastián, donde había hoteles de lujo, largos paseos, restaurantes y casinos según los gustos de la época. Lo que hoy es el ayuntamiento fue el casino de la ciudad. En los años sesenta del siglo XIX, Cortázar diseñó un ensanche para la ciudad siguiendo el modelo de París. Las clases altas europeas conocieron la ciudad como "el pequeño París".
Por cierto, las reinas del siglo XIX y principios del siglo XX veranearon todas ellas en San Sebastián: la reina Isabel II; la esposa de Alfonso XII, María Cristina de Habsburgo; y la esposa de Alfonso XIII, la inglesa Victoria Eugenia de Battemberg. De su paso por la ciudad quedan, además de algunos puentes y calles con sus nombres, el Teatro Victoria Eugenia (sede del Festival de Cine de San Sebastián) y el hotel de lujo María Cristina, ubicados a ambos lados de la Plaza Oquendo.
La plaza de Oquendo, por otro lado, está dedicada a uno de los más destacados militares de la historia naval de España, Antonio de Oquendo, que dirigió la armada española en la batalla de las Dunas en 1639, contra Holanda. Oquendo nació en San Sebastián.
Por último, son curiosas las teorías que explican el origen en vasco del nombre de la ciudad: Donostia. La primera teoría apunta a que se trata de una deformación del nombre de San Sebastián en euskera, "Don-" es "Santo" y "-ostia" la deformación de "Sebastián". La segunda señala que Donostia significaría algo así como el "Santo de Ostia" ya que San Sebastián fue un general romano cristiano asaeteado por orden del emperador Diocleciano en la ciudad de Ostia (el puerto de Roma). Quizá alguna de ellas esté en lo cierto. O quizá no. Quién sabe.
Izquierda: 1) puerto de San Sebastián; 2) ladera norte del Monte Urgull; 3) Vista de la Concha desde el Monte Urgull. Derecha: monumento funerario en el cementerio de los ingleses.
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