ANOTACIONES SOBRE EL PAÍS VASCO FRANCÉS (II)
Palacio de Eugenia de Montijo (izq.), cúpula de la iglesia ortodoxa (der.)
En Biarritz hay muchos lugares con Historia que se pueden visitar, como el faro de la localidad (construido a mediados del siglo XIX), la Capilla Imperial de Eugenia de Montijo (la española que enamoró a Napoleón III) o el puente de hierro, obra de Gustave Eiffel (sí, el mismo que el de la torre), que da acceso a un santurio mariano en una peña junto al mar. También es interesante el Hotel du Palais, antiguo palacio de Eugenia de Montijo, hoy reconvertido en un hotel de lujo, donde probablemente no te dejen entrar si te ven con cara de turista sin dinero.
El caso es que yo no quería hablaros de todos estos sitios, que en cualquier caso son muy interesantes (quizá en otra ocasión...), sino de otro que me pareció extremadamente curioso: la iglesia ortodoxa de Biarritz. Se encuentra en la interessión entre la Avenida de la Emperatriz (detrás del Hotel du Palais) y la Calle de Rusia y su nombre oficial es "Iglesia Ortodoxa de la Protección de la Madre de Dios y de San Alejandro de Neva".
La primera pregunta que se viene a la cabeza es: ¿qué hace una iglesia ortodoxa en un pueblo de marinos vascos balleneros como Biarritz? La respuesta (¡cómo no!) tiene mucha Historia:
Iglesia ortodoxa de Biarritz
Resulta que a finales del siglo XIX había en Biarritz una numerosa colonia de comerciantes rusos, afincados allí desde hacía unas décadas. Supongo que habían sido atraidos a Biarritz por la relevancia que adquirió la localidad gracias a que la emperatriz Eugenia de Montijo (esposa, como he dicho, de Napoleón III), se fijó en ella como lugar de veraneo (construyendo su fabuloso palacio). El traslado de la corte imperial durante los meses de verano a la localidad vascofrancesa supuso también que Biarritz se convirtiera en centro de veraneo de las más importantes familias burguesas y nobles de Francia y, por supuesto, de otros colectivos extranjeros, entre ellos la colonia de ricos mercaderes rusos.
En el año 1892 se encargó al arquitecto biarrota Tisnés el diseño de un templo que satisfaciera las demandas religiosas de los rusos. Por supuesto, el Estado francés no pagó nada (la Tercera República Francesa era laica y muy laica); fueron los propios fieles ortodoxos los que sufragaron los gastos de su construcción. Al parecer, por lo que he podido leer, el Zar de todas las Rusias Alejandro III sí envió dinero para contribuir a su construcción. Por eso, quizá, el templo se dedicó a la Virgen María y a San Alejandro.
Desde el exterior, el templo tiene las características propias del estilo bizantino: planta centralizada o de cruz griega, gruesos muros y una gran cúpula bizantina (tiene otra más pequeña sobre el nartex). Sus características son similares (salvando las distancias) a las de Santa Sofía de Constantinopla (hoy mezquita mayor Estambul) o San Basilio de Moscú (Rusia). Ésta, obviamente, es mucho más reducida y modesta, pero para hacernos una idea...
La iglesia de Biarritz cobró importancia a principios del siglo XX. Después del triunfo de la Revolución Comunista en Rusia, muchos burgueses ricos y nobles marcharon al exilio y uno de sus destinos preferidos fue Biarritz en Francia. En Niza, por cierto, también se puede contemplar una Iglesia ortodoxa mucho más rica en decoración y materiales, construida en 1912. Esto evidencia la importancia que tuvieron estos núcleos franceses en el exilio de los rusos que huyeron del Terror soviético. Casi todos las imágenes que decoran el interior de la iglesia fueron enviados desde San Petersburgo antes del estallido revolucionario.
Catedral ortodoxa de San Nicolás (Niza)
En el interior, hoy el templo biarrés llama la atención por su pobre estado de conservación. La falta de mantenimiento es evidente en los muros, llenos de humedades. Creo que el exterior fue restaurado hace algunos años y actualmente, se recogen donativos para contribuir a su restauración interior.
Entre todas las imágenes e iconos que decoran el interior de la iglesia destacan algunas reproducción de la Virgen de Vládimir. Este icono de orígenes bizantinos, el más venerado en Rusia, data del siglo XII. Fue trasladado por un príncipe ruso desde Constantinopla a Kiev y posteriormente a la ciudad de Vládimir, en el noroeste de Rusia. Por último, se llevó a la Catedral Ortodoxa de la Asunción, en el Kremlin de Moscú; y de allí, en época soviética, a la Galería Tretiakov de la capital rusa. Representa a la Virgen María con el Niño en brazos y es quizá la más célebre imagen de la Iglesia Ortodoxa.
Icono de la Virgen de Vládimir
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