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viernes, 6 de octubre de 2023

LAS COSAS CAMBIAN


El profesor Peter Stearns dice que la Historia nos ayuda a entender y aceptar el cambio. Es una de las razones que enumera en su ensayo "Why Study History?" (1998) por las que los alumnos deben estudiar Historia en la educación primaria y secundaria. A fin de cuentas, los orígenes del presente sólo están en el pasado y la transformación, el cambio, es el resultado del simple paso del tiempo. 

Esta idea la comento con mis alumnos adolescentes todos los cursos. Aceptar que las cosas cambian es esencial para comprender el mundo en el que vivimos y nuestra propia vida. Nosotros cambiamos, nuestro entorno cambia y el mundo cambia. Y darnos cuenta de ello nos ayuda a vivir mejor, a aceptar las cosas tal y como vienen. A ser felices, en definitiva, que es de lo que trata esto. Ya saben: Historia, maestra de vida. 

Uno de los temas en la Historia que mejor muestra el cambio, la transformación de la sociedad es el paso de la Edad Antigua a la Edad Media: la caída del Imperio Romano en el siglo V, las invasiones bárbaras, la pervivencia del Imperio Bizantino y el ascenso del Islam (s. VII). Y todo se ve en los primeros temas del segundo curso de la Educación Secundaria Obligatoria. Estudiamos un mundo en transformación, en el paso de la Antigüedad tardía al Medievo, un tiempo en el que Estados que parecían eternos se desmoronan, mientras otros sobreviven y soportan la embestida de nuevos actores históricos.

Cada año les pido a mis alumnos que reflejen su visión de ese mundo cambiante en un cómic de cuatro viñetas. Pueden elegir el tema que prefieran entre estos cuatro: la caída de Roma, las invasiones bárbaras, el reino visigodo o el Imperio Bizantino. Y lo cuentan a su manera. Algunos trabajos son brillantes pero todos reflejan el  momento de cambio del que hablaba. Aquí están algunas viñetas destacadas:

En ésta, un alumno resume brillantemente la situación del Imperio Romano en el siglo V. El bárbaro le dice al soldado romano "¡Ayuda! Dejadnos ser vuestros ciudadanos", mientras el legionario romano responde "No. No sois como nosotros". Las migraciones germánicas transformaron el Imperio, lo sometieron a una terrible presión y provocaron, al final, el colapso de Roma. Un estado de mil años de vida se desmoronó en pocas décadas. Pero la vida (la Historia) continuó en Europa.

Este otro muestra un escenario imponente: en la ciudad de Roma, junto al coliseo, unos soldados romanos se disponen a defender la ciudad del ataque de los vándalos y los visigodos. "Vamos a defender Roma", podemos leer; pero los bárbaros responden: "No, os estáis largando". Unos llegan y otros se marchan, como en nuestra vida. De nada sirve resistirse a los cambios porque son inevitables. Al final, el paso del tiempo es la principal transformación. Y nadie puede resistirse a eso.


Esta alumna habla de Bizancio, la parte del Imperio Romano que sobrevivió mil años a la caída de Roma. Y en una de las viñetas resume de manera magistral ese milenio. Frente a la majestuosa basílica de Santa Sofía, junto a la tumba de Justiniano, un individuo dice: "Justiniano fue un buen emperador, conquistó territorios y construyó edificios. Pero cuando murió, perdimos muchos territorios". Otra muchacha refleja con esta viñeta el fin del Imperio Romano de Occidente. Un emperador niño, Rómulo Augústulo, entrega la corona resignado: "Ahí vas", le dice al símbolo de su poder. 

Al final, parece que los muchachos de doce y trece años que han elaborado estos trabajos comprenden la fugacidad de todo. El Rómulo Augústulo de esta viñeta acepta el destino tal y como viene, sin remedio. Como, seguro, lo acepto el personaje histórico real (a medio camino entre la leyenda y la Historia) cuando el godo Odoacro lo depuso, pero le perdonó la vida en el 476 d.C. 

Todos transmiten una misma idea: lo fuerte se hace débil, lo que parecía indestructible se quiebra y lo inolvidable se olvida. Todo con el tiempo termina. Stearn dice que sólo estudiando el pasado podemos captar por qué esto sucede, por qué las cosas cambian. Tanto en nuestra sociedad como en nuestra vida, creo yo. 

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