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domingo, 1 de marzo de 2020

"RETRATO DE MARÍA TUDOR" DE ANTONIO MORO

 
  • Autor: Antonio Moro
  • Estilo: Renacimiento (s. XVI)
  • Año: 1554

En una época en la que no existían las fotografías ni los teléfonos móviles, los futuros esposos se conocían a través de retratos como este. Después de concertar el matrimonio entre el príncipe Felipe de Habsburgo (futuro Felipe II) y la reina María Tudor de Inglaterra, el pintor holandés Antonio Moro marchó a Londres para retratar a la soberana y enviar la pintura a España. De igual forma, Tiziano retrató a Felipe y el cuadro fue enviado a Inglaterra. Dicen que, cuando la reina María vio el cuadro de su futuro esposo, un joven adolescente, quedó enamorada al instante. No se puede decir lo mismo de Felipe al ver a su futura esposa.

María Tudor era la única hija de Enrique VIII de Inglaterra y su primera esposa, la reina Catalina de Aragón (hija de lo Reyes Católicos). Devota católica, al contrario que su padre y sus hermanos, subió al trono inglés tras morir su hermano Eduardo VI sin herederos. Volvió a instaurar el catolicismo como religión oficial en Inglaterra y desató una terrible persecución de los protestantes. Por eso, hoy en día es conocida en Inglaterra como "Bloody Mary" (María "la Sanguinaria").

El pintor intentó disimular la edad de la reina, mayor que la de Felipe. María tenía 38 años mientra que el príncipe apenas contaba 27. También se afanó por mejorar su apariencia pues muchos hablaban de la feladad de la reina. Sin embargo, el resultado final no consigue impedir que el espectador descubra ambos problemas.

Se trata de un retrato a tres cuartos en el que observamos a la reina sentada en un sillón, aunque su postura es erguida. Sostiene con la mano derecha una rosa roja, ímbolo de la Dinastía Tudor. En muchas ocasiones se ha afirmado que el colgante es la llamada "Piedra Peregrina", una joya que estuvo vinculada durante siglos a la Monarquía Hispánica y que, presuntamente, habría regalado el príncipe Felipe a su futura esposa al saber que iba a casarse con ella. No obstante, esto es falso puesto que Felipe II adquirió la "Piedra Peregrina" años después de su matrimonio con la reina de Inglaterra.

En 1554, Felipe se casó con María Tudor en Londres. Ella estaba perdidamente enamorada de Felipe, anque este no la correspondía con su amor. El matrimonio no pudo tener hijos, aunque la reina sufrió algunos "embarazos psicológicos". En 1556, Felipe salió de Inglaterra para suceder a su padre, el emperador Carlos V, y no volvió a ver a su esposa. María Tudor falleció en 1558.

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