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sábado, 31 de diciembre de 2022

2022. MI 2022

A medida que uno crece, el tiempo deja su impronta visible e invisible. Y uno se da cuenta de que la vida no es otra cosa que construir y avanzar. Construir y avanzar pase lo que pase y a pesar de todo y de todos. 

Cada año, cuando llega el 31 de diciembre todos hacemos, inevitablemente, un balance somero o exhaustivo de los meses pasados. Y sacamos conclusiones. Algunos lo verbalizan, otros lo difunden en redes sociales, la mayoría lo reserva para sí mismo. 

Este año, cuando miré a mi alrededor vi a personas que enseñaban. Enseñaban nuevas formas de existir, de estar en el mundo. Y uno aprendió lo que pudo. Y uno entendió que la diversión era compatible con la seriedad, el compromiso y la prudencia. Y ahora, espero también haber enseñado algo a alguien aunque no sepa qué ni a quién.

Al mismo tiempo, el mundo que nos rodea me empujó a tomar decisiones. Algunas de ellas llevaban tiempo pendientes y otras son decisiones que nunca pensé que tomaría. Y, cuando llegaron, las tomé firme, seguro. Y seguimos avanzando. Y seguimos construyendo. 

La vida también es sentir. ¡Ay, los sentimientos! Vienen y van. Algunos aparecen de imprevisto, sin avisar. Y luego no se marchan por más que intentemos que lo hagan. Y vuelven una y otra vez. Uno siempre está dispuesto a sentir cosas nuevas o a recuperar sentimientos que se creían olvidados, ¿verdad? Otras sensaciones es mejor tenerlas lejos me temo. Aunque a veces vuelvan, como fantasmas del pasado que uno intenta olvidar. Pero uno madura, se hace viejo, y algunos temores se mantienen a raya a pesar de todo. 

Los sentimientos, igual que las personas, vienen y van. Pero algunos siempre permanecen. Igual que las personas. Algunas vienen y van. Otras permanecen. Otras llegan para quedarse. ¡Qué curiosa la vida, que no se detiene nunca! Como una película, pone ante ti nuevos personajes y, de pronto, desaparecen de la escena. Luego hay personajes que no se marchan nunca. 

Y luego están las metas, los anhelos, las esperanzas. Algunas se han cumplido, se han hecho realidad. Otras quedan pendientes, para el 2023. O para más adelante. Quién sabe. Pero perseguir esas metas es sinónimo de avanzar, de construir. Y, al final, eso da sentido a nuestra vida, ¿no?

Decisiones, ambientes, personas, sentimientos, metas, anhelos, esperanzas. Uno hace lo que puede en este caos, intentando obrar en conciencia, fiel a uno mismo, pero cambiando ante lo que llega y ante lo que se marcha. Uno sobrevive como puede y como le dejan. Hace lo que puede y como puede. Y luego cada uno que entienda lo que quiera. 

Eso ha sido el 2022, mi 2022. Construir, avanzar, aprender, sentir, vivir.


5 comentarios:

  1. ¡ Buena reflexión!
    ¡ te deseo un productivo y especial 2023!

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  2. ¡Feliz año,compañero!😘

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  3. Feliz año, nos veremos para seguir aprendiendo, riendo, sintiendo 😘

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Estás hecho todo un filósofo, amigo 😉

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