- Autor: Diego Velázquez
- Estilo: Barroco (s. XVII)
- Año: 1634
Cuando encargó el retrato, Gaspar Guzmán de Pimentel, Conde - Duque de Olivares, sabía muy bien que la posteridar iba a recordarlo con esta imagen. El Conde - Duque era el valido del rey Felipe IV y el hombre más poderoso del reino. En este cuadro se representa tanto su poder como su capacidad de mando.
Siguiendo el camino abierto por Rubens en su retrato del Duque de Lerma, Velázquez representa una escena bélica. En el fondo aparecen unas columnas de humo que indican la posición de la batalla. Allí se dirige Olivares.
El caballo está representado de forma oblicua, rampante. Olivares tiene todos los atributos de jefe de los ejércitos:
- Bastón de mando en su mano derecha
- Espada envainada
- Banda carmesí de los generales en batalla
El valido mira al espectador, aunque su cuerpo le da la espalda. Se trata de un recurso del pintor para disimular la "poco agraciada figura" del valido. Consigue en todo caso un efecto impactante en el espectador y refleja la energía y el vigor del conde-duque. Si comparaom este retrato con otros que hizo Velázquez del rey Felipe IV observamos las enormes diferencias: el rey se hacía retratar habitualmente sereno, sin atributos de poder apenas, que reflejan una personalidad pausada y melancólica; el valido, en este retrato se presenta como el gran jefe militar, un estadista reforma de la Monarquía Hispánica.
Este retrato tuvo influencia en autores posteriores como Jacques Louis Daid y su obra "Napoleón cruzando los Alpes" (principios del siglo XIX) que se conserva en el Palacio de Charlottenburg (Berlín, Alemania).
*Parte de la información de esta entrada ha sido tomada de VV.AA. (2014): "La Guía del Prado", Madrid: Museo Nacional del Prado.
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