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viernes, 20 de junio de 2014

TRECE IMÁGENES PARA 313 AÑOS

IMÁGENES DE LAS PROCLAMACIONES DE LOS REYES DESDE 1701 


La proclamación de Felipe de Borbón como rey de España nos dejó innumerables momentos e imágenes captados por las cámaras de fotos, los móviles y las cámaras de televisión. Cientos de miles de instantes ilustrarán en el futuro el día en el que un nuevo rey asumió la Corona de España. Hoy os propongo viajar al pasado para ver aquellos instantes en los que algunos de los antepasados de Felipe VI fueron proclamados reyes.

Empecemos por Felipe V, el primer representante de la dinastía borbónica en España. Fue elegido sucesor por el hechizado Carlos II, un mes antes de su muerte y fue proclamado rey de España el 16 de noviembre de 1700, quince días después de la muerte de su predecesor. Era nieto del rey de Francia Luis XIV y asumió la corona española en Versalles, París. En esta imagen podemos ver al Rey Sol presentando a Felipe de Anjou a los representantes españoles:


El joven rey tenía sólo diecisiete años cuando asumió la corona y llegó a España meses después, en febrero de 1701. Madrid lo recibió con sus mejores galas y cientos de personas lo aclamaron a su llegada al Alcázar Real de Madrid (donde hoy se ubica el Palacio Real). En este grabado, obra de Filippo Pallota y conservado en el Museo Municipal de la villa de Madrid, se representa la aclamación del nuevo rey de España, el 18 de febrero de 1701:



Y es que antiguamente, como hoy, la proclamación de nuevos reyes y la llegada de los monarcas a las ciudades eran motivos de fiesta. Pueblos y ciudades se engalanaban con banderas, flores, esculturas y arcos del triunfo desmontables para recibir a los soberanos. Eso le ocurrió precisamente al hijo de Felipe V, Carlos III, que desembarcó en Barcelona en 1759 para suceder a su hermano Fernando VI. Cuando entró en Madrid, la ciudad lo esperaba con sus mejores galas. Miren, miren:



En el cuadro, de Lorenzo Quiós (hacia 1760) se muestra cómo recibió la capital al nuevo rey de España. Fíjense en los balcones adornados, los tapices colgados de las fachadas de los edificios, y las estructuras efímeras construidas sólo para recibirle. Lo mismo le ocurrió a su nieto, Fernando VII "el Deseado" a su vuelta del exilio en 1814, tras la Guerra de la Independencia. Entró en España por Gerona y fue recibido por los capitanes generales de Barcelona, Zaragoza y Valencia antes de ir a Madrid. Por el camino las gentes le gritaban "¡Viva el Rey!, ¡Muera la Constitución!". Se referían a la Pepa, la Constitución de 1812. Tal eran las esperanzas que tenían puestas en monarca... En la imagen se aprecia la muchedumbre aclamando al monarca en su entrada en Madrid. Al fondo se ve la Puerta de Alcalá.


Claro que las desilusiones llegaron pronto... y la represión y los odios. Las cosas cambiaron algo con su hija, la reina Isabel II, con la que se inició la construcción del Estado Liberal. "La reina de los tristes destinos", como la llamó Galdós, fue proclamada reina a los tres años y a los trece se le dieron todos los poderes para reinar tras las regencias de su madre Mª Cristina y de Espartero. La desdichada reina tuvo que jurar nada menos que dos constituciones distintas. Aquí la vemos jurando la progresista de 1837:


Isabel II acabó en el exilio tras la Gloriosa Revolución de 1868. En 1869 se aprobó la Constitución española más democrática hasta 1931 y un año después, por primera vez, las Cortes elegían al monarca que debía reinar en España entre varios candidatos. Fue Amadeo de Saboya que llegó a España el 30 de diciembre de 1870. En este grabado lo vemos en el Palacio de las Cortes jurando la Constitución:


A pesar del aparente júbilo que muestra el dibujo, el reinado de Amadeo I se caracterizó por la inestabilidad. Las conspiraciones alfonsinas y republicanas impidieron que la dinastía se consolidase a pesar de ser el rey español que más escrupulosamente había respetado hasta entonces la Constitución. En este grabado lo vemos el día de su proclamación después de jurar la Constitución, asomado al balcón principal del Palacio Real y aclamado por la multitud:


Desafortunadamente su reinado sólo duró tres años pues acabó abdicando (ver la historia de las abdicaciones en España aquí). Después se proclamó la Primera República y después llegó la República Autoritaria de Serrano hasta el 29 de diciembre de 1874. Ese día el general Martínez Campos se pronunció en Sagunto y proclamó allí mismo a Alfonso XII rey de España. Esto fue la culminación de una conspiración más compleja para restaurar a los Borbones en el trono español. En este grabado de la época vemos precisamente el pronunciamiento de los militares que permitió al hijo de Isabel II reinar en España:


Meses después se aprobaba la Constitución de 1875, que se mantendría en vigor hasta 1923. Por desgracia, Alfonso XII murió pronto, en 1885, dejando una regente embarazada del futuro rey y dos hijas. María Cristina se manifestó una excelente regente, trabajadora, discreta y respetuosa con la Constitución. Aquí la vemos jurar la Carta Magna, de luto riguroso ante Cánovas del Castillo y Sagasta, los líderes de los partidos dinásticos de entonces:

En 1886 la reina dio a luz un niño, Alfonso XIII, que nació siendo ya rey aunque no asumió los poderes hasta cumplir los dieciseis años, en 1902. Aquel día, en una solemne sesión en las Cortes, juró la Constitución ante los Evangelios. Vean la fotografía tomada entonces y conservada en la hemeroteca del diario "ABC". No tiene buena calidad (era 1902) pero se observa al rey junto a la reina regente, su madre, con un vestido blanco que se diferencia de los trajes negros del resto de los asistentes:


Este cuadro también refleja el momento aunque hay algunas diferencias con la realidad que muestra la fotografía:


El reinado de Alfonso XIII fue desafortunado, como todos sabemos, igual que conocemos lo que vino después: la Segunda República, la Guerra Civil y la dictadura del General Franco. Precisamente dos días después de la muerte del dictador se produjo la siguiente proclamación de un rey en España, el 22 de noviembre de 1975. Juan Carlos I juró ante la Biblia no una Constitución sino los Principios del Movimiento y las Leyes Fundamentales del Reino. Aquí está la foto que todos hemos visto alguna vez:


En la imagen vemos a un niño Príncipe Felipe, que treinta y nueve años después, el 19 de junio de 2014, sería proclamado rey de España. La España del siglo XXI es una democracia plena, fuertemente consolidada, que no tiene nada que ver con la arcaica España de su bisabuelo, Alfonso XIII, ni con la de su padre de 1975. Las cosas han cambiado en la moderna sociedad española del año 2014, aunque hay algo que nunca podrá cambiar: las raices históricas de la nación.

La familia real española al completo saluda a la multitud que los aclama desde el balcón del príncipe del Palacio Real de Madrid, trescientos trece años después de que lo hiciera el primer rey Borbón.

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