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jueves, 1 de agosto de 2024

LA CAPITAL DE UNA PROVINCIA VACÍA (1975 - 2020)

SORIA EN EL SIGLO XX. UNOS APUNTES (3)


Evolución de la población de Soria provincia y ciudad (nº de habitantes)

Hacia 1950, la provincia de Soria alcanzó los 161.000 habitantes, su máximo histórico, mientras que la ciudad tenía unos 16.000. Cincuenta años después, sin embargo, la provincia rondaba los 90.000 mientras la ciudad tenía una población de unos 40.000. En otras palabras, en medio siglo, nuestra provincia perdió ¡el 45% de su población!

Esta tragedia demográfica es el gran acontecimiento histórico del siglo XX en Soria. La provincia se ha convertido en un desierto demográfico, con una densidad de población inferior a los 10 habitantes por km2, comparable a la de la Laponia finlandesa o las cumbres escandinavas. Pero si la despoblación en aquellas latitudes obedece a factores naturales, la de Soria se debe a factores puramente humanos.

Desde mediados del siglo XX, se produjeron importantes avances en la agricultura y la ganadería: la concentración parcelaria, la mecanización, el uso de fertilizantes y pesticidas, la introducción de nuevos cultivos, etc. Esto redujo la necesidad de mano de obra y generó un excedente de población que se desplazó a las ciudades en busca de nuevas oportunidades laborales en la industria y los servicios. A este movimiento migratorio se le conoce como éxodo rural.

El problema de la provincia de Soria fue la inexistencia de un polo de atracción de esa población procedente del campo. La ausencia de industria en la capital era casi absoluta y no había un centro industrial en toda la provincia. La ciudad de Soria acogió a parte de la población sobrante del campo, pero no pudo acoger a toda, que acabó en provincias cercanas como Zaragoza o Madrid o en otras más alejadas, pero muy dinámicas económicamente como las provincias vascas o Cataluña. 

La despoblación es el gran problema de nuestra ciudad y nuestra provincia en la actualidad. Va unida irremediablemente a otros fenómenos demográficos como el envejecimiento de la población (la edad media de la población en Soria es de unos 47 años y más del 21% de la población tiene más de 65) y la reducida tasa de natalidad. Aunque a comienzos del siglo XXI, la llegada masiva de población inmigrante extranjera supuso un repunte en la tasa de natalidad y en el crecimiento de la población, no fue un cambio de tendencia. 

Hoy, la sociedad soriana es comparable a la del resto de España o a la Europea, que presentan los mismos rasgos si bien, en Soria, el envejecimiento de la población es más acusado. Las principales causas de muerte en la actualidad están relacionadas con esto: enfermedades cardíacas y cáncer. El COVID-19 causó en Soria el 8% de las muertes en el año 2022 según el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

La vida cultural de la ciudad sigue siendo muy dinámica. Numerosas instituciones organizan actividades culturales como el Museo Numantino, el Casino Amistad-Numancia, la Biblioteca Pública, el Campus Duques de Soria de la Universidad de Valladolid, los institutos públicos de la ciudad o el propio Ayuntamiento. Tres fiestas han sido declaras de interés turístico regional: las Fiestas de San Juan, la Semana Santa y el Festival de las Ánimas. 

El Collado con tráfico rodado (años 70 u 80)

A nivel urbanístico, desde los años 80 se han producido varios fenómenos. Por un lado, el desplazamiento de la población a los barrios periféricos. Por otro lado, la progresiva peatonalización del centro histórico y, por último, la conservación del patrimonio histórico artístico para potenciar la llegada de turistas. Aunque la provincia de Soria sigue siendo en la actualidad una de las que menos visitantes recibe, el turismo constituye una importante actividad económica.

En las últimas décadas, han crecido los barrios residenciales de la periferia de la ciudad mientras el centro perdía población. En los años 70 y 80 crecieron El Calaverón y el barrio de Los Pajaritos. En los 90, la expansión urbana se produjo en las antiguas Eras de Santa Bárbara (entorno al hospital), al norte de la ciudad. En las últimas décadas se ha urbanizado la U25 y Los Royales. A ellos debemos sumar la urbanización Camaretas, en el próximo término municipal de Golmayo.

En relación a la peatonalización del centro histórico, en los años 80 se peatonalizaron la Plaza Mayor y el Collado. A estas calles se sumaron la calle Marqués de Vadillo y la Plaza de Herradores en los años 90. Por último, en los últimos años se han peatonalizado la Plaza Mariano Granados y el Espolón que, con la construcción del aparcamiento subterráneo en esta zona, se ha convertido en la mayor transformación urbanística de la ciudad en las últimas décadas. Ahora, el eje central de la ciudad, que une el Alto de la Dehesa o la fuente de los surtidores con la Plaza de San Pedro, es peatonal. Este espacio se reserva al viandante, a actividades turísticas, culturales y comerciales. El tráfico rodado se ha desplazado a la periferia. Se trata de una tendencia urbana común en toda Europa.

Por último, el Ayuntamiento y otras administraciones públicas están realizando importantes esfuerzos para proteger y recuperar el patrimonio histórico artístico. Los principales monumentos de la ciudad han sido restaurados en sucesivas ocasiones (Santi Domingo, San Juan de Rabanera, la concatedral de San Pedro, la ermita de San Saturio, etc.). El palacio de los Ríos y Salcedo, que fue utilizado como cuartel de la Guardia Civil e incluso como almacén de los bares del Tubo, fue restaurado y convertido en el Archivo Histórico Provincial. La vieja Casa del Común, de la Plaza Mayor, se convirtió en el Archivo Histórico Municipal y el Palacio de la Audiencia en un centro cultural. Mención especial merece, para terminar, la recuperación de la muralla medieval de Soria y de la fortaleza del Castillo así como la restauración de la iglesia de Santa Clara que fue utilizado durante siglo y medio como cuartel de la ciudad.

El Collado en la actualidad

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